Entrega #EsClaudia bastón de mando a Ariadna Montiel

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LURO VERUM

Por Rafael Navarro Barrón

La noche era espléndida y la ocasión también. Cruz Pérez Cuéllar -el alcalde de Juárez- concluyó su segundo informe de gobierno y había tenido como invitada estelar a la súper Secretaria de Bienestar, Ariadna Montiel Reyes, quien sostiene la representación inequívoca de #EsClaudia y es a quien la Sheinbaum le confirió el bastón de mando para el reparto de candidaturas en la zona norte del país.

Cuando los vítores, que enaltecían la figura política del alcalde, estaban en su mero mole, el vehículo oficial trasladaba a la encargada de los programas sociales de la federación al restaurante Barrigas, de la avenida Gómez Morín. Atrás quedó la plaza con la enorme Equis del escultor Sebastián, ahora un dolor de estómago, una colitis aguda, una patada en los testículos para los morenistas que tienen que fingir que no observan la X gigante, con el que inicia el nombre de la política opositora que vino a bajarles los puntos ganados en la lucha solitaria.

Ariadna recorrió las calles de Ciudad Juárez, mientras respondía las llamadas telefónicas que se acumularon en su móvil oficial. La caravana giró a la izquierda, por el puente al revés y recorrió el centro neurálgico de la estruendosa diversión, que se ubica en la cordillera de la avenida Gómez Morín, en honor al prócer intelectual y creador de los fundamentos del Partido Acción Nacional.

La avenida está plagada de restaurantes, negocios de vinos, licores, bancos, cervecerías e infinidad de antros que trabajan al amparo de la corrupción oficial.

Ahora se le conoce como La Morín. Así simplemente. Sobre esa calle se ubica el restaurante Barrigas y otros tantos que frecuentan los fifís fronterizos.

Allí, en una mesa discreta, vestido con la suficiente formalidad para la cena con Ariadna Montiel, espera el político más representativo de Ciudad Juárez, Héctor Murguía Lardizábal. No hay otro de su nivel, en este momento. Los de su escalada están en desuso, ya murieron o fueron denigrados por sus propios actos, porque se hicieron viejos y abandonaron la nave de la política, como el defenestrado Javier Corral, como el olvidado Francisco Barrio, como el ausente Manuel Quevedo. Y así la lista sigue y sigue…

Ya nadie queda, solo el inigualable Teto Murguía que aprovecha el tiempo para preparar mentalmente el diálogo con la enviada de #EsClaudia que había prometido acudir a la cita, pero no sabía la hora exacta. Es la sexta o séptima ocasión que se reúnen. La empatía política se les da a ambos.

Ariadna Montiel arribó al lugar de la cita con un mínimo equipo de seguridad y la asistencia básica que hace las veces de secretariado. El vestido, color verde pastel y las zapatillas beige, le dieron al restaurante Barrigas el toque idóneo en el mero mes de la patria. Imposible no verla a distancia.

El simbólico restaurante cumplía aquella noche con su misión, como lo que es: el centro de operaciones políticas de ciudad Juárez. El desayunador de las personalidades empresariales, del sector público y de quienes compiten electoralmente, dentro y fuera de la frontera.

En ese mismo lugar, sentado, ansioso en ocasiones, esperó estoico el hombre-política, el que ha sido en dos ocasiones presidente municipal de Juárez.

Dado el momento político, el de las definiciones, no fue una cena convencional. No fue una reunión de amigos. El diálogo de alto nivel, entre la secretaria de Estado y el audaz político juarense, a quien gusta que se le llame Teto Murguía, se concentró en el tema político, en la sucesión en Ciudad Juárez, prevista para junio del 2026.

Poco a poco, la demoscopia política va convirtiendo el agua en vino, un líquido suficiente para saciar la sed de los que se dedican a la vida pública. La gran ganadora es Ariadna Montiel frente a la que ahora se santiguan y realizan sus ejercicios de genuflexión los otrora seguidores de Loera, el hombre que un día soñó ser dios y se quedó en una simple figura de lámina.

Ariadna Montiel, ahora lo sabemos, #EsClaudia. Si algún militante de Morena intenta brincar por otra tranca, enfrentará las consecuencias del poder que ahora ostenta la mismísima ex Jefa del gobierno de la Ciudad de México. Y una de sus operadoras es la secretaria de Bienestar.

Es la misma Ariadna que recibió las enérgicas acusaciones de Marcelo Ebrard, de quien el ex canciller dijo que era la instrumentadora de la movilización fraudulenta a favor de #EsClaudia; según la denuncia pública.

Según Marcelo, la responsable de los programas sociales amenazó, convenció, coaccionó a los simpatizantes y no simpatizantes de Morena que, a cambio de los exiguos y miserables beneficios económicos que reparten los ‘Príncipes del Cash’ de la Cuarta Transformación, terminaron por apoyar a #EsClaudia, que ahora es la candidata a la presidencia de la república.

La secretaria Montiel asumió la vergüenza de verse descubierta, acusada de delincuente electoral, de repartir dádivas a los pobres mexicanos…pero nunca emitió un reclamo ni respondió a una sola de las denuncias de Marcelo.

Su silencio le dio poder. Ahora es la responsable de guiar los esfuerzos de la defensora de la cuarta transformación en la zona norte. No se mueve la hoja de un árbol, si antes la poderosa Secretaria de Bienestar no lo aprueba.

Es también la camposantera de Juan Carlos Loera de la Rosa, el ex súper delegado. El otrora poderoso político, que se subió a la nube de la candidatura al gobierno de Chihuahua y que, en este mismo momento, ha perdido toda opción de competir en el 2024, añora los días de gloria, de poder absoluto, pero no, ahora es un fantasma que recorre las calles de la ciudad en busca de un nicho donde se le adore.

Hasta hace unos meses, el político, nacido en El Paso, Texas, presumía que arrancaría a Pérez Cuéllar la candidatura por la alcaldía de Juárez. Así lo anunció pomposamente en una fiesta familiar de fin de año, “voy por la alcaldía de Juárez”, dijo aquella noche Juan Carlos, lo que provocó los aplausos y una bulla positiva de los comensales, congregados en un hogar de Ciudad Juárez.

Contrario a lo que se creía, ni la alcaldía ni la senaduría para que Loera compita. Ariadna anunció que para el senado de la república serán inscritos dos ex comunicadores juarenses: la diputada Roxana Díaz y el también legislador Armando Cabada.

Es la muerte civil para Juan Carlos Loera. Sus decisiones, sus actos, sus mentiras, su falta de definición a favor de #EsClaudia, le quitaron toda posibilidad de asignación en su futura carrera política que está, literalmente, bajo la lupa de Ariadna Montiel.

La poderosa secretaria ordenó, por mutuo propio o por órdenes del centro, que se bajaran todos los espectaculares que el súper delegado, en una clara intención de levantar la mano, colocó en la geografía chihuahuense. Así de cruel es la política.

Esa noche, en el Barrigas, Teto repasó su gestión sexenal en el municipio de Juárez. Ariadna lo escucho atento. Se fijó en la pasión del empresario que, por otra parte, fue cauto al no hablar de la situación en la que se encuentra la ciudad fronteriza. La necesidad de la prudencia permeó en aquella mesa, donde se dialogó de los gustos culinarios, que para eso el ingeniero químico industrial se pinta solo.

La secretaria Montiel reveló algunos de los tramados que se contemplan en la hipótesis del nuevo gobierno que podría encabezar Claudia Sheinbaum. Mencionó los perfiles que se pondrán a prueba en las elecciones que se avecinan.

Para la enviada de #EsClaudia no son una novedad los diálogos de café y la decena de hipótesis que se plantean los fronterizos. Por alguna razón, incómoda para Cruz Pérez Cuéllar, primero se mencionó al descartado Loera como su sucesor, ahora se menciona a Teto Murguía como un posible defensor de la 4T en la alcaldía de Ciudad Juárez.

Mención aparte requiere el bombardeo en redes sociales, alguno proveniente del fuego amigo, contra Cruz Pérez Cuéllar y su hermano Alejandro.

No hay una versión oficial de que Morena intente desechar al actual alcalde, ni siquiera una suposición de que no será el abanderado del partido guinda en la siguiente elección. Las críticas contra su administración, provenientes de Juan Carlos Loera y sus políticos afines, fueron acalladas ya; ahora, los ataques, provienen de la oposición a Morena.

Los diputados loeristas fueron obligados a acudir al Segundo Informe de gobierno, a regañadientes. A partir de una nueva orden, queda proscrita toda crítica que provenga de las entrañas del loerismo y sus secuaces, que ahora tendrán que arrimarse a la leña que haga fuego y seguir las reglas que transmita Ariadna Montiel.

Los actos de corrupción que les adjudican a los hermanos Pérez Cuéllar, han quedado en una simple ensalada de saliva. Tampoco es el primer alcalde que tiene acuerdos con los medios de comunicación, ha sido una práctica común de todas las administraciones y, en honor a la verdad, han existido acaldes que han sido realmente perversos en el manejo de los recursos que se otorga a los periodistas.

Mención especial se le adjudica a Armando Cabada, un perverso entre los perversos, pues no únicamente premiaba y castigaba a los periodistas, sino que su persecución enfermiza rayaba en la locura.

No fue alcalde, pero como olvidar la nómina secreta de César Duarte, como gobernador, ese insultante dispendio de recursos de la administración pública que enriqueció a un grupo selecto de comunicadores chihuahuenses; cómo sacar de la historia la carrera errática y mediocre de Javier Corral y la forma cruel en que trató a los medios de comunicación.

Cada uno tuvo sus muertitos. Imposible no contar la historia, si se conocen o las vivimos, tan tangibles, como si fuera ayer.

Cuando Ariadna Montiel abandonó Ciudad Juárez llevaba tan clara la historia de la frontera que un día, no muy lejano, la representante de #EsClaudia habrá de dar a conocer cómo operará Morena su selección de candidatos y, posiblemente, habrá sorpresas.