Señor presidente de la república: Presente

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LURO VERUM

Por Rafael Navarro Barrón

¡No, señor presidente, no! Se lo suplicamos. Tómelo como una petición de los chihuahuenses, como un favor especial, como una solicitud respetuosa que pudiera disminuir el pánico social que surgió de un rumor periodístico.
Ni siquiera se ha oficializado que usted haya invitado a Javier Corral Jurado a su gabinete presidencial, como secretario de Comunicaciones y Transportes… ¡y ya se nos eriza la piel!
Informes confidenciales, dignos de todo crédito, nos han hecho saber que Maru Campos, nuestra gobernadora, tuvo una espantosa noche de insomnio, sufrió un atroz vagido que llegó a nivel de consulta externa; Cruz Pérez Cuéllar, el flamante alcalde de Juárez, está sufriendo aerofagia con alteraciones fuertes y flatulencias constantes, además de disnea.

 

Don López Obrador, en buena onda, usted tiene muchos hombres y mujeres del servicio de ayudantía que pueden hasta sustituirlo a usted en la presidente de la república, para qué andarse fijando en bagatelas.

Además, recomendamos ampliamente a Jorge Arganis Díaz Leal, no es tan malo para el cargo de SCT y no es huevón como el ex gobernador Corral. Para qué se mete el líos, ya sabe que el ex gobernador de Chihuahua no va a llegar a las reuniones de gabinete a las 5 de la mañana; cuando usted lo necesite va a gritar a sus ayudantes: ¡¿Dónde jodidos está Corral?! Y por allí, un tímido colaborador le va a decir: “señor, desde anoche agarró la parranda y pidió el avión presidencial de la rifa que no fue rifa para ir a jugar golf”.
Mire, señor presidente, el nombramiento de Adán Augusto López como secretario de Gobernación tiene una justificación política. Primero: es de su terruño, Tabasco; segundo: ex gobernador, con la imagen de un auténtico político y, tercero: urgía sacar a Olga Sánchez Cordero de la dependencia antes de acabar con lo poco que ha avanzado su gobierno.
También vimos excelente la determinación de nominar a Quirino Ordaz Coppel, ex gobernador del Estado de Sinaloa, como embajador en España. Aunque de cuna priista, usted, señor López Obrador, vio una notable cualidad para que formara parte del servicio exterior mexicano. No somos de los morbosos que sospechan “otros motivos”. No apoyamos la versión de que el personaje es de la tierra del Chapo Guzmán y que usted se entusiasma tanto con los abrazos a los capos.
Le platico, don Andrés Manuel. La columna Torre Fuerte publicó como una primicia nacional, una noticia que causó un auténtico chorrillo político en la entidad chihuahuense. El que no traía el pañal puesto vio correr la chorrera por sus piernas. Decía textual: “Ayer por la tarde-noche, se corrió la versión de que el exgobernador panista de Chihuahua se incorpora al gabinete de la cuarta transformación, a invitación expresa del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que estaría tomándole protesta al exmandatario estatal de Chihuahua en las próximas horas”.


Y como complemento, el buen amigo y periodista Mario Héctor Silva abundó más en el fatídico rumor: “Afirman los enterados que Corral será el próximo titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), adhoc a la urgencia, mera ‘coincidencia’, de los intereses del poderoso grupo empresarial en Chihuahua, a quien se factura todo el ‘catalogo’ del plan de obras, en la millonaria inversión que se realiza especialmente en Ciudad Juárez…”
Los chihuahuenses no se lo recomendamos, señor presidente. Mire usted, le paso el catálogo de adjetivos del ciudadano licenciado Javier Corral Jurado: huevón, mentiroso, intrigoso, mujerujo, ambicioso, traidor, desleal, de doble ánimo, corrupto, misógino, fantoche, histriónico, megalómano, fatuo, engaña bobos y lisonjero. Una disculpa si me faltó uno.
Por favor, señor presidente, no se olvide de aquel discurso que lanzó en campaña, ¿se acuerda? Palabras más o palabras menos usted dijo: “Javier Corral era muy poco gobernador para tan grande pueblo”. ¿Ya se acordó?
Muchos en Juárez pensamos que pudo haber sido un buscapié del colega Mario Héctor Silva. O la fuente andaba muy atizada o fue una idea que llegó con forma de volador de Papantla.


Sé que confía mucho en Juan Carlos Loera, pero le voy a decir un secreto. Acá entre nos. El súperdelegado anda más perdido que un chino en Tepito. No puede levantar de la dura derrota que le propinó la Maru.
Camina como un fantasma, habla como un sentenciado a muerte, deambula en la sierra de Chihuahua intentando encontrar la verdad como Diógenes y luego la raza cócora, esa que nos e aguanta, pues lo hacen enojar y, ya ve como es su pupilo, de mecha muy corta.
Ya anda delirando, dice que sus oficinas las tiene en la Sierra de Tarahumara allá con los Rarámuris. Se siente indio pata rajada y hasta dice ‘Quira’ cuando contesta el teléfono.
Lamentablemente, ese recomendado suyo está muy agradecido con don webas Corral porque la invisible estructura del ex gobernador, además de todos los curas incondicionales que le sirvieron al gobierno estatal, votaron por la causa morenista. Todo fue un plan para darle la espalda a Maru Campos.
Se lo pregunto de frente, señor presidente, ¿a poco no le dio pena ver a Corral en su última gira de trabajo por Chihuahua? Qué gacho debió sentir usted, don AMLO, ver a ogro de la política domado a sus pies, como un manso cordero. Sincérese, señor presidente, ¿qué sintió cuando lo volteó a ver con esa cara de acolito de pueblo pidiéndole que ayuda? Qué ojete es la vida.
Le queremos advertir que en la hipotética decisión de nombrarlo secretario de Comunicaciones, se va a enfrentar a la estructura perversa que dirigió en Chihuahua un experto en moches. Anótelo en su libreta, señor López Obrador, se llama Gustavo Elizondo Aguilar, es ingeniero y fue alcalde de Ciudad Juárez. Inmediatamente va a saber quién es el ingeniero Elizondo porque arrastra mucho la “chhhh”, dicen que porque se acostumbró a “chhhhhingar” a los constructores.


Y cómo no, tan solo al ingeniero Bonilla, que huyó del país con 66 millones de pesos, le bajó el 20 por ciento de la obra inconclusa que dejó en la avenida de las Torres. El puente de sur a norte.

Y así lo hizo con el resto de las constructoras y ¡por adelantado el 20%! Por eso algunas vialidades de la ciudad son un soberano desgarriate, señor presidente.
Por cierto, si quieren agarrar a Bonilla antes de que se acabe los millones de pueblo, anda en Perú, contratado por el gobierno de ese país.
Además, si contrata a Corral Jurado en su gabinete, con qué cara se va a presentar en Chihuahua. Imagine que usted lo manda a una visita oficial con Maru Campos. Qué misión tan imposible, qué difícil encomienda. Vendrá don piñaventuras con su cara de caca a hacer sufrir a nuestra gobernadora que todavía no se levanta de la dura campaña que le orquestó Corral y su equipo.
Y seguramente me preguntará, entonces ¿Cómo jodidos dejó Corral el gobierno? La respuesta es lacónica pero, en fin, es una respuesta: con una enorme deuda, con dos secretarias infestadas de aviadores, con una innegable detección de uso indebido de recursos etiquetados; infinidad de obras inconclusas y mal hechas.
Hay que agregar la simulación laboral y el desvío de recursos para fines personales, como los excesivos viajes del gobernador del Estado a México, a Sinaloa (a jugar golf), a ciudad Juárez, a donde se le hinchaban los de adorno; se detectaron acciones altruistas y humanitarias de apoyo a personajes como Lucha Castro, que ha mantenido una estancia prolongada de Barcelona, España donde se recupera de un agresivo cáncer.
Le platico, amigo presidente, que al equipo de Maru Campos le pasó como a mi finado tío Pedro. De joven le prometieron una joya de automóvil a bajo precio. Soñó días y días con el vehículo, pensó en los adornos que colocaría en el tablero y, posiblemente, hasta rotularía su nombre en la enorme cajuela.
Era un Ford Fairline modelo 1955. Todo un clásico hoy. El día que llegó el automóvil, se dibujó en el rostro de mi tío una enorme decepción. Era imposible la reparación, no había recursos económicos para afrontar tanta descompostura. Es más, el auto ni siquiera encendía, estaba ponchado y venía chocado del lado derecho.
Así dejó su nuevo amigo y seguidor el gobierno que acaba de asumir Maru Campos: ponchado, descompuesto, todo mordisqueado, sin posibilidades inmediatas de reparación y usted, y usted, señor presidente, pensando en hacer secretario al villano.


No, señor presidente, por favor no…líbrenos de ese huevón, de esa lacra. No se le ocurra esa locura, don AMLO. No le crea mucho a Juan Carlos Loera, ya nos amoló con otro sátrapa que hizo a huevo diputado federal. Cada vez que hacen un movimiento dejamos de creer en la política como lo hacíamos antes.
Es en serio, así estamos bien, así déjenos. Se lo suplicamos estimado presidente. Acomode al huevón en otra parte, si quiere se lo prestamos como ayudante.