Por: César Sánchez Loya
La decepcionante participación de la selección mexicana de futbol en la última edición de la copa América deja una amarga sensación de franca decadencia en todos los sentidos, malos jugadores un técnico inexperto y manipulado.
Una federación enamorada de los billetes verdes actúa en comparsa con los dueños de los equipos voraces, imponen jugadores que pretenden vender a sumas millonarias y ven en la selección mexicana el referente para poder hacerlo; las conjeturas de algunos líderes de opinión poco o en nada aportan a la solución del grandísimo problema en el que estamos inmersos como selección.
Las teorías conspirativas solo beben ser eso, sin embargo, ayudan a entender la complejidad del caso.
Hace ya muchos años que la selección mexicana de futbol perdió su nacionalismo convirtiéndose en la selección B de los E.U. motivos los hay de sobra, mucha mercadotecnia en torno a un equipo, jugosas ganancias para directivos de ambos países, cualquier argumento, no justifica el abandono de su territorio mucho menos de su público que ve en parte la razón de su estrepitoso fracaso.
A partir de esta vergonzosa posibilidad es explicable la decadencia, la falta de compromiso de arraigo a una selección y a un público que francamente, no merece un fracaso a este nivel.
La decepcionante actuación de la selección mexicana de futbol soccer en la copa América solo puede ser equiparable al pésimo papel del team USA, ambas selecciones organizadoras del próximo mundial de futbol de la FIFA.
Por dignidad Jaime Lozano, al término del partido contra Ecuador, hubiera renunciado sin esperar la decisión de la federación, que permitió que directivos le impusieran jugadores y como se ven dando las cosas pretenden que acepte la ayuda de un auxiliar que no ha pedido.
Su falta de experiencia se vio reflejada en su estrategia fallida de juego en cada partido, de los jugadores ni para que hablar salvo sus excepciones como los defensas Johan Vásquez y César Montes y la actuación del portero Julio González, de los demás se dio un pobre desempeño como fueron los delanteros nacionalizados, Quiñones y luego Jiménez y qué decir de Antuna un verdadero fiasco.
Con la copa América honestamente se está cerrando uno de los capítulos más oscuros en la historia del escaso fútbol mexicano.
