Welcome to Chihuahua, Mr. Vulgar Ladrón

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LURO VERUM

Por Rafael Navarro Barrón

La realidad superó a la ficción o la ficción a la realidad. Ya no lo sabemos. El vulgar ladrón de César Duarte es ahora una víctima inocente del gobernador Javier Corral Jurado quien, de acuerdo a la teoría de la conspiración, la gran imaginación del actual huevón de palacio lo inventó todo, diseñó un tramado inmoral con historias de ‘saqueos’ escandalosos, perversos, sucios…
Creó la idea de una mafia política que benefició al clan familiar del ex gobernador y a sus más cercanos amigos, socios, compadres. Repartió a detractores e hizo caer a los de la vela perpetua periodística que, al agarrar dinero sucio, pusieron en mal el legado de Félix Fulgencio Palavicini Loria, a los hermanos Flores Magón, a Francisco Zarco… a Pistachón Zigzag, el reportero listo, leal, amistoso.


En fin, los fraudes del Rey Juan Carlos de España es un juego de niños comparado con lo que inventó Corral que había ocurrido en Chihuahua.
Cuenta la historia que en una de sus tantas amanecidas, de las primeras bacanales de palacio, don huevas Corral, generó la idea de crear toda una trama. El gobernador, según la versión de Duarte, inventó ladrones y forjó, con la ley en la mano, una ‘nómina confidencial’, secreta, impía, donde aparecen personajes de la vida pública, privada, periodística, partidista y clerical que recibían dinero virtual, bitcoin patito… bicocas chiruleras; caridad pura, kórima, pues.
¡Huevón y mentiroso!, ¡qué poca progenitora la de Javier Corral y la del fiscal César Augusto Peniche! Qué antivirtud la del consejero jurídico Jorge Espinoza Cortés que pasó de ser un pusilánime abogado a un constructor de historias negras, donde los inocentes vivieron su propio silencio. Hasta que los pescaron…
“¡Está usted detenido por defraudar las finanzas públicas!”. Y los ex funcionarios de Duarte nada más pelaban los ojos. Los ministeriales, celosos de su deber, cumpliendo con la ley y el orden, con el mandato constitucional, con las normas de la nación. Erguidos, impávidos, aplicaron la orden de aprehensión. Detuvieron a hombres, mujeres y chiles bolas, porque en la viña del vulgar ladrón había de todo. Gobierno disfuncional, sí señor. Hasta Juanga cupo en el baúl del parralense. Así como la vida misma es la política. Y que nadie se ponga rojo.


Pero hace unos días, los pecadores, según Corral, fueron beatificados con el salvoconducto clerical del Tata César. Desde el penal de Miami, en las cálidas tierras de Florida, sudando como un hipopótamo fuera del agua, convirtió en santos, puros, en algunos casos hasta castos, a sus cómplices, unos libres otros en prisión, pero todos con una bola café en el pañal porque ignoran su futuro; entre el cielo y el infierno, ahora se avocarán a “lo que sigue” a gritarle al mundo que son inocentes y a escribir el libro que será casi un Bestseller “Mi Verdad” (para no perder el rumbo de la mercadotecnia); mientras Berthita Duarte y los herederos del también conde de Parral, seguirán en Europa, huyendo de la justicia, pasando como desapercibidos, pues alguien con la sangre de heredero del mero Parral, se revuelve fácilmente entre nórdicos, asiáticos, rusos, holandeses y belgas.


Y todos los enumerados en los expedientes X, termino mega mamón adjudicado (¡ya saben a quién… aparte de huevón es mamón!), cuando en realidad se llama “Operación Justicia para Chihuahua” y todos los presos ‘políticos’ del quinquenio tendrán como destino la libertad absoluta porque la misiva duartista enfrentó la verdad, dibujó la justicia. Así fue y así será, no hay término medio.
César Duarte es víctima, ahora ya lo sabemos. Es inocente. Todo fue un invento, fue perseguido y denostado, asediado por el tirano que en pocos días dejará palacio y el país, según las malas lenguas. Ya alistó la maleta, los palos de golf, la raqueta de tenis, la casa del perro, el petbag de la gata…Olé olé, rumbo a la madre patria.
Queda claro. El rito de purificación como que surtió efecto, pero ¿lo mamón y lo déspota de Duarte? ¿Lo traidor y desleal con sus amigos, cómplices y familiares?, ese es el plus, un regalo para gritar ¡que el Cielo bendiga a Chihuahua!, por haber electo al bailarín de rock, al adorador de Juan Gabriel quien, en alguna ocasión, le cantara al ex gobernante muy cerca del oído, la canción “Querida”.
Allí, en esas lista inventada por Corral Jurado, aparecían activistas y políticos, como Maru Campos, la gobernadora electa de Chihuahua; Cruz Pérez Cuéllar, quien gobernara Ciudad Juárez; Armando Cabada, a quien el vulgar ladrón le obsequió unos milloncitos que, a la postre, tuvo que regresar. ¡Méndigo huevón mala leche!, tan fino y tan honrado que es el alcalde de Juárez.


Y así periodistas, líderes clericales, empresarios opositores y futuros gobernantes también fueron incluidos en esa lista apócrifa, irreal, embustera, majadera, impropia, indigna.
Entonces ¿por qué los vulgarcitos ladroncitos cuando fueron descubiertos negociaron con don Talegas y regresaron el dinero? Esos saqueadores, asustados, amenazados con ir a la misma cárcel donde se encuentra Victoria Loya, la mujer que disparó contra Patricio Martínez, el ex gobernador de Chihuahua; la mujer ya está tonta, ya está loca, de tanto golpe que le dio el dueño del Centro Librero La Prensa.
A Duarte, le dijo alguien, ¿quién fue? “Me lo reservo, señor juez, pero me quieren matar en el penal de San Guillermo”, declaró ante la autoridad norteamericana.
Casi mojados del pantalón, los vulgarcitos ladroncitos que le agarraron la lana a Duarte, invocaron el artículo constitucional de “chapulineo, regresó la lana, embarro al que me diga la fiscalía y me callo a cambio de mi libertad”, conocido como ‘criterio de oportunidad’ y fue allí donde acudieron a devolver lo tomado de la caja chica del gobierno.
Corral, el intransigente con los que delinquen, el capitán de la Operación Justicia para Chihuahua, el adalid de la anticorrupción, decidió que los saqueadores fueran librados de la cárcel. A cambio, esos malandros, regresaron a las arcas estatales el dinero robado al pueblo de Chihuahua y hablaron lo que sabían del vulgar ladrón y sus tranzas.
En cinco años, la Operación Justicia para Chihuahua ha logrado ejercitar acción penal en contra de 49 personas, en 126 ocasiones; ha obtenido de los Tribunales de Chihuahua 92 órdenes de aprehensión, 78 vinculaciones a proceso y 16 sentencias condenatorias”; tan solo Duarte tiene 21 órdenes para ser aprehendido.
Se han recuperado 713 millones de pesos lo que equivale al 92% del valor fiscal de lo defraudado.


Y en esa andanada de caprichosas especulaciones, el círculo rojo dialoga entre sí y considera que el regreso de Duarte al Estado de Chihuahua será la gran oportunidad de recibir al gran César de quien se dice obtendrá el perdón de la prisión. Dos meses. Sí, dos meses en las frías jaulas del Cereso de San Guillermo. Ese es el tiempo en que el vulgar parralense recobrara su libertad.
Pero desfanaticémonos, gocemos a lo grande el contenido epistolar expresado por monseñor Duarte en su encíclica “Potestas est pro potestate” (el poder es para poder) que en la historia política del Estado, no es la única que se ha lanzado contra un gobernante. La carta dirigida al huevas Corral que, que fue recibida por el gobernante con un tramafat, fue respondida, en rueda de prensa, con una verborrea en la que el gobernante terminó enredado, apabullado y sin aliento.
No ganó Duarte la partida, lo ocurrido es que don Talegas no sabía que el marqués de Miami lanzaría una bola tan rápida que no tendría el tiempo suficiente para responder el agravio. No sabía tampoco que hablaría de los buenos oficios de Víctor Quintana Silveyra, el más puritano izquierdista que deambuló entre los brazos de Corral como secretario de Desarrollo Social.


Quesque don Víctor y el Pato Ávila, un cura borrachín amigo de Corral, fueron los enlaces con el crimen organizado y de allí vino el temor de Duarte de ser asesinado en San Guillermo.
No cabe duda, el famoso ex gobernante se la volvió a hacer a Javier Corral. Ya una vez, en la mismísima sede legislativa donde despachaba el hoy huevón de palacio, le sacó a relucir que tenía hermanos narcos que habían sido detenidos y sentenciados en cárceles de Estados Unidos.
Y en la historia de las misivas que echan chispas, en octubre del 2009, el ahora ex alcalde José Reyes Ferriz acusó directamente al entonces gobernador del Estado de Chihuahua, José Reyes Baeza Terrazas “de mirar para otro lado”, en el caso del combate al crimen organizado. Lo hizo público y epistolarmente; la carta removió las estructuras priistas de la época por las circunstancias de violencia que vivía la frontera norte, la entidad y la república mexicana.
Reyes Ferriz dijo en aquella ocasión que “la impunidad ha sido el gran problema. El Gobierno estatal no ha trabajado, no ha metido a nadie en la cárcel. Le voy a dar un dato muy esclarecedor. Cuando yo llegué y me hice cargo de la prisión, había 3.800 reclusos. Tres años después, y a pesar de toda la violencia que azota a Juárez, hay 2.800”.
Porque la historia es como es y se escribe a diario, se recicla, se reinicia, se reinventa y se termina, pero siempre es igual, lo único que cambian son los personajes.