Funeral poco concurrido; pésames escuetos de políticos y centrales priístas

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Sin tumultos ni barullo se realizó el funeral del ex presidente de México Luis Echeverría Álvarez, fallecido la noche del viernes en su casa de Cuernavaca, a los 100 años de edad.

A las exequias llegaron a cuentagotas algunos familiares y amigos. El funeral fue en la capilla 7 premier de la agencia Gayosso Lomas Memorial, frente a los rascacielos de la zona residencial de Santa Fe.

De la vida política acudieron contadas personas, como Jorge de la Vega Domínguez, quien encabezó el Partido Revolucionario Institucional (PRI) de 1986 a 1988, así como Sergio García Ramírez, jurista, ex procurador y ex secretario general del PRI.

También dio el pésame personalmente Everardo Moreno, subprocurador al final del sexenio zedillista, precisamente cuando se iniciaron las denuncias penales en contra del ex mandatario.

La familia no permitió el ingreso de la prensa a la capilla, pero se pudo ver al abogado penalista Juan Velázquez, quien lo defendió en tribunales. Opinó ante la prensa: “Mientras la vox populi, la gente de la calle, lo responsabiliza particularmente de los hechos del 2 de octubre del 68 de Tlatelolco, el Poder Judicial de la Federación, la Suprema Corte, después de tres años y medio y de un expediente de más de 100 mil hojas, lo exoneró. Esa es una realidad judicial en contra de una leyenda, por decir, urbana”.

En torno al ataúd de caoba, cubierto con un lienzo rojo, fueron colocados arreglos florales, algunos pedidos por teléfono a la propia agencia y otras coronas del exterior.

García Ramírez lamentó perder a un amigo y ex jefe riguroso y benévolo, a quien describió como uno de los grandes constructores de instituciones del México moderno. Y agregó: ¿Populista? No, esa expresión no se la puedo adjudicar.

Fue símbolo del PRI de aquellos años, se le comentó en breve entrevista. Luis Echeverría fue creyente de las bondades del movimiento revolucionario. Ahora (en el PRI) estamos en una situación complicada y en ocasiones crítica, pero confío en que vamos a salir adelante, respondió García Ramírez.

Fuera de los mencionados, el resto de las condolencias fueron básicamente por mensajes de Twitter.

Ni en chats de líderes priístas el deceso mereció grandes expresiones: un ex gobernador lanzó la escueta frase descanse en paz y adjuntó una imagen del ex mandatario en la época en que, energético, gritaba su lema: ¡Arriba y adelante!

Uno de sus amigos, Augusto Gómez Villanueva, hoy decano de la Cámara de Diputados, comentó que algunos contemporáneos del sexenio de Echeverría preparan un libro de memorias, cuyo borrador ya no alcanzó a ver el ex mandatario.

Everardo Moreno expresó que, hasta sus últimos días, Echeverría leía los periódicos: Tenía una visión de excepción de lo que era México, con una lucidez que ya quisieran muchos políticos actuales. Falleció totalmente lúcido.

Después de las 10 de la noche, la puerta de la sala 7 fue cerrada. Se fue la mayoría de los asistentes; habrá movimiento hasta la mañana de hoy, muy temprano, cuando los empleados de Gayosso lleven el cuerpo al crematorio del Panteón Español. Las cenizas –dijo uno de los amigos del ex presidente– reposarán en su casa de San Jerónimo.

LaJornada