¡Yo acuso a Javier Corral de ser un hijo de p….!

4860
Foto: La voz del desierto

LURO VERUM

Por: Rafael Navarro Barrón

¿Me puedes describir a Javier Corral Jurado? La voz de Toño Pinedo Cornejo se hace aguda, al igual que su rostro. “¡Es un desleal, hijo de puta! Así ponlo, si tuviera la libertad yo encantado de estar frente a un micrófono de radio y decirle a Javier que es un hijo de puta”.
Toño Pinedo añade: “A él (a Corral) le iba a servir para inhibir la inscripción de Maru Campos como precandidata del PAN, pero todo estaba en la pinche mente de Javier, ya que Maru tenía muchas cartas que podía jugar… y no nos equivocamos, ahora es la gobernadora”.
Allí comprendí que Corral me quería chingar.
Cuando el gobernador se enteró que no haría lo que él deseaba “hasta chasqueó los dientes” y nunca más volvimos a dialogar.
“Javier no me quería en el bote, me quería en los cabezales de los periódicos. Quería Chingarme a mí y a Maru para meter a Gustavo Madero como candidato y poder tener la cobija que no va a poder tener con Maru”.
“Quería decir a la opinión pública, tan cumplo la ley que meto al bote a mí ‘hermano’ corrupto y a la corrupta de Maru. La Operación Justicia para Chihuahua es para todos”.
Antonio Pinedo fue entrevistado en un lugar previamente acordado y autorizado por el propio ex funcionario, actualmente prófugo de la justicia, con una orden de aprehensión vigente después de que un juez federal revocó el recurso de amparo.
Su aspecto jovial no deja lugar a dudas de la tranquilidad de estar sorteando una pesadilla que está muy próxima a concluir.

“Nos pusimos blancos”, dice al verme. Se refiere al cabello y a la barba blanca que denota el paso del tiempo sellada con una amistad de casi 40 años.
Tengo la encomienda –diría la dura encomienda- de entrevistar a un periodista que ya vivió un proceso judicial por su actividad profesional. Por circunstancias de la vida, me tocó cubrir y contribuir como testigo a su favor contra un nefasto jefe policiaco, precisamente arropado por el gobierno de Javier Corral.
La denuncia Toño Pinedo, es una revelación digna de análisis político y judicial, pues presenta a Javier Corral como un hombre hostil, corrupto, lleno de odio, traicionero y enfermo de poder muy distinto al que muchos políticos y periodistas conciben.
El reencuentro entre Pinedo y Corral se dio después de 15 años de estar distanciados. Cuando Javier ganó la elección le pidió al periodista que fuera su Coordinador de Comunicación Social y así se reescribió una historia que ahora se rompe, posiblemente para siempre.
En los albores de la amistad entre Pinedo y Corral, el ex gobernador muestra, una vez más, lo malagradecido que siempre ha sido. Lo perverso e inmoral.

Antonio Pinedo rompe el silencio

La revista Semanario que durante años dirigió y financió Antonio Pinedo surgió para darle trabajo a Javier Corral. Aquel joven flacucho, sufrido y soñador, había sido corrido de Procorsa, una imprenta gigante propiedad de la Familia Fuentes. En ese lugar el ex gobernador colaboró con el también periodista Marcos Morales. Ambos editaban una popular revista para empresarios.
Antonio Pinedo le prometió a Corral darle una alternativa y esa alternativa fue la revista Semanario que lo sostuvo económicamente por años.
La historia cambió súbitamente. Toño Pinedo platica el nuevo capítulo de ese capítulo:
“El gobernador quería que me entregara en la Fiscalía Anticorrupción el mismo día en que Maru Campos se iba a registrar como precandidata a la gubernatura estatal”.
En los últimos días de diciembre, del 2020, terminaba el plazo para que se inscribieran los precandidatos del PAN a la gubernatura. Maru fue la última en solicitar el registro. El temor era evidente, temía ser detenida a última hora por actos de corrupción en el gobierno de Duarte.
“Todos traían el culo así…así”, dice Pinedo juntando los dedos, uniéndolos todos por las yemas. Así los traía Corral.
“El cálculo de Javier Corral parece absurdo ahora, pero en ese momento no lo era, en ese momento sí era creíble”, señala Pinedo.

Decían: Pinedo es el ‘hermano’ de Javier, esa era la imagen. Nadie creía que me iba a traicionar.
Los días de diciembre en que se realizaba el registro de precandidatos panistas, en el 2020, Javier me hablaba 10 veces al día. Me escribía por WhatsApp y por teléfono, para decirme que Gema Chávez, la fiscal Anticorrupción, ya había entendido que “yo no había cometido daño patrimonial”.


Gustavo Madero fue el que impulsó todo eso, acusa el periodista.
¿Quién te traicionó?, viene una pregunta obligada. Pero el periodista no tiene la menor idea, ni sospecha de alguien.
El ex coordinador de Comunicación Social del gobierno de Javier Corral Jurado estuvo rodeado de un grupo de periodistas que filtraban mucha información a los medios de comunicación, particularmente a los Diarios de Juárez y Chihuahua.
Particularmente uno de los subordinados de comunicación se reunía una vez por semana con quien dirigía ese periódico en la frontera.
Pinedo señala que en ese tiempo, tenían un chat que se llamaba relax, donde participaban, si mucho, 12 jefes de comunicación del gobierno del Estado y otras personas. En ese chat de WhatsApp estaba también el gobernador del Estado. Los fines de semana, los empleados de la dependencia, se reunían en un antro conocido como El Nacional.
Parecía que el equipo caminaba sin traiciones, sin fugas informativas, pero el jefe de todos, ignoraba lo que ocurría con toda la información que se subía al chat y lo que se platicaba en los momentos de ‘relax’, ad hoc para el nombre del chat.
La historia de Toño Pinedo cobra vida y es reveladora.
“En diciembre del 2020, me entero que hay una orden de aprehensión en mi contra. Yo estaba en Ciudad Juárez. Javier Corral me avisó que tenía una orden de aprehensión. Me dijo “vete con (el abogado) Maclovio Herrera, él es el que te va a representar”.


Fui con Maclovio y el propio abogado me hizo ver que “Javier Corral era un hijo de la chingada”. Por desgracia Maclovio dejó mi defensa porque atendió la del sacerdote Aristeo Baca.
“Ahora reflexiono”, dice el también licenciado en Historia, “el primer engañado soy yo. El primer que tenía que ser engañado era yo”.
La Fiscalía Anticorrupción me acusa de ‘uso indebido de atribuciones’ y me quiere dar 32 años de cárcel. Absurdo totalmente.
Recuerda que una abogada que lo representó en el proceso judicial, de apellido Encino, sin consultarlo, hizo un acuerdo con la instancia estatal para aceptar mi culpabilidad y que me dieran 500 horas de servicio social o seis meses de estar acudiendo a firmar. Como no acepté el trato, la multaron con 500 días de salario mínimo y abandonó el caso. A la abogada no le importó pagar la sanción.
La versión de Pinedo es que Gustavo Madero, el senador panista, fue el que impulsó todo esto. El colocó en mi lugar a María José Valles, ‘Marijose’, porque todo estaba preparado para que el también empresario asumiera la candidatura en lugar de Maru Campos que estaba a punto de ser detenida.

Habían preparado todo para el arribo de Madero. Necesitaban a Marijose porque ya había participado en una campaña con el senador.
“Yo en Pinedo no confío, yo confío en Marijose que me ha manejado mi aparato de comunicación social”, dijo Madero en una ocasión.
Pinedo muestra enfado: “A Corral le valió madre la lealtad o la gratitud que me debería tener y sus intereses”.
Me decía Corral una y otra vez en las llamadas, “ya hablé con Gema Chávez y ya está entendiendo, no tienes daño patrimonial, aquí tengo los CD’s” y yo dije ¿qué chingados son los CD’s? Entonces le hablé a Araly Cristina Paulina del Pilar, la jefa administrativa de la Coordinación de Comunicación Social y me comentó que por normatividad, cada mes, se entregan CD’s con la información de las cuentas que se derivan del pago a la empresa Xtreme Sports, encargada de dar servicio de video al gobierno del Estado. Javier Corral tenía los 12 CD’s y trataba de persuadirme para que me acercara con la titular de la Fiscalía Anticorrupción.


Llegó el momento de decidir. Cerca del día 20 de diciembre, después de que “Corral estuvo chingue y chingue”, decidí acudir a la Fiscalía. Javier Corral me volvió a decir que le interesaba mucho que me presentara con Gema Chávez, a platicar.
Le dije “me voy a poner en tus manos, voy a confiar en ti y me voy a presentar con Gema (Chávez)”. Me pidió que hiciera una carta con una serie de características que me alertaron.
No hice la carta en el tiempo en la que él me la pidió y a los pocos minutos me llegó el formato de misiva. Provenía del teléfono de Pancho Muñoz, el secretario particular de Javier Corral. No sé si la hizo él o la hizo uno de sus abogados.
La carta traía una rayita para que yo firmara y ya traía mi nombre ‘Jesús Antonio Pinedo Cornejo’. El formato decía mi nombre, que había nacido en…rayita; que mi número de pasaporte era…y otra rayita: que mi visa láser era… siguiente rayita.
“Ni siquiera terminé de leer la carta porque me encabroné mucho. Y digo ¡Ah, chingao!, qué está haciendo este cabrón, quiere que me entregue esposado con Gema. Llegar y entregar mis pasaportes para que me vinculen a proceso”.
Pinedo reflexiona. “Todo eso no lo entendía…entonces le hablé a Maclovio Murillo que todavía era mi abogado. Le hablé un jueves. Mi compromiso era estar a más tardar ese mismo día en Chihuahua después de tantas llamadas y chateos que me hizo Javier Corral. Estuvimos todo el pinche día chateando, las llamadas eran esporádicas. Eran, mínimo, 10 comunicaciones al día, máximo 15”.
Cuando me mandó el escrito Pancho Muñoz yo se lo reenvié a Maclovio y le pedí su opinión. Fue entonces cuando vi la luz. El abogado me dijo textualmente: “¿cómo se verían dejándote a ti libre y a Maru en el bote?”.
Entonces razoné. “Este wey (Corral) me está queriendo usar”. Maclovio me dijo, “no te presentes porque si te vinculan a proceso te pueden arraigar y alegar que tienes capacidad para huir…” Esa versión era imposible, falsa, traigo $500 pinches pesos en la bolsa, señala el periodista.
Entonces empecé a dudar de Javier Corral, pero no tenía la convicción plena, todavía dudaba. Yo ya no me presenté a la fiscalía Anticorrupción.
El viernes en la tarde, en los últimos días de diciembre del 2020, Javier Corral me habló y me preguntó: ¿estás en Chihuahua? No, le dije. Y fue la última comunicación que tuve con él en todo diciembre y nunca más volvimos a hablar.
Javier razonó aquel día, sin que me lo dijera Corral intuí que reflexionó en torno a mi decisión, “no te vas a presentar con Gema, ya no me sirves”.
Cuando perdió Madero se dieron cuenta que MariJose no les sirvió para nada. El plan de Medios que operó yo lo hice en el 2018.
A Corral le valió madre usarme como quiso usar a Cruz Pérez Cuellar. En la escala de amigos del 1 al 10 Cruz era el número 10, yo era el 6.
Molesto en ocasiones pide: “Para mí, al cabrón, que lo metan al bote, que lo chinguen. Yo encantado de salir y decirle a Corral hijo de puta en el micrófono de la radio”.
Mi caso es improcedente. Las funciones de las que se me acusan eran atribuciones de Guillermo Luján Peña, el subsecretario de Finanzas y responsable de la Comisión de Compras o Adquisiciones.

Arturo Fuentes Vélez.

Por Luján Peña pasaba también el Comité de Austeridad, que encabezaba Arturo Fuentes Vélez. Yo le dije a tiempo a Corral lo que pasaba en la comisión, él lo supo. Cuando iba a contratar el servicio de Xtreme Sports, yo tenía como programa de inversión un 60% para Chihuahua y 40% para Juárez. En Juárez iba a contratar a Enrique Aguirre, El Gato, de Promux.
En el 2017 gaste $4.3 millones de pesos, con Jairo Sifuentes; en el 2018 fueron $180 mil pesos menos.
Para efectos de analizar el gasto, se reunió el comité de Austeridad. Se observarían los gastos de Comunicación Social. Entre esos casos está la contratación de video grabación para el gobierno.
“El problema es que en mi área siempre se incrementó el gasto por personas que se metían para beneficiar a otros. Lo hizo también Gustavo Madero con una persona de apellido Pérez que trabajaba para él cuando Jairo debió haber hecho el trabajo. Al recomendado del senador le pagaron 1 millón de pesos”.
A principios del 2018, el comité de austeridad se reunió para el presupuesto de ese mismo año. Estaban en esa ocasión Arturo Fuentes Vélez, el secretario de Finanzas; como testigo Ismael Rodríguez, coordinador de gabinete; Estefani Olmos, Guillermo Luján Peña y Eduardo Fernández.
Estaba atorado el contrato de videograbación y les presenté un contrato de más de 2 millones para Xtreme Sport y otro contrato para Promux de un poco menos de 2 millones.
Fuentes Vélez dijo que eran muchas empresas, cuando en el 2017 había tenido a tres. A Jairo Sifuentes, a Enrique Aguirre y a Roberto Delgado, el hermano del Castillo. Este último era una concesión que le hizo Enrique Torres a Manuel para ayudar a su hermano.
“Tú sabes esos weyes son como una cofradía, son seis o siete cabrones que se ayudan entre sí desde el lugar donde están. Es Pedro Torres, Manuel del Castillo, Jesús Meza, de la Uacj…”
Arturo Fuentes Vélez y todos los demás de testigos, porque todos viven, dijo: cómo podemos ser austeros con tantos servicios. Y ordenó que fuera una sola compañía fue Arturo Fuentes Vélez y son testigos, Eduardo Fernández, Estefany, Ismael Rodríguez…todos esos weyes que estuvieron en la junta.

Fuentes Vélez ordenó que se contratara a Xtreme Sport. Me acusan de uso indebido a atribuciones y yo me pregunto ¿y las atribuciones de Guillermo Luján Peña? ¿Por qué no van en contra de Fuentes Vélez?
Susana, a quien me adjudican como pareja sentimental, nunca trabajó para mí, ni tuve ninguna relación con ella. Eso es mentira.