SOSPECHOSISMO. – El inútil desgaste de las autoridades educativas al permitir la imposición de uniformes en el COBACH los lleva a una estéril iniciativa donde el desgaste social va en aumento, en una apuesta en la que ¡ganando, pierden! Se trata del secuestro del mercado escolar que es cautivo y es utilizado como rehén para que alguien se lleve una ganancia a cambio del alto costo del descredito del gobierno estatal y junto con ellos de María Eugenia Campos que son en la percepción los garantes de esa mala decisión.
DESGASTE. – El jugoso negocio no se sabe de quien pueda ser, hay gato encerrado y se sospecha que la patente pudiera ser juarense. Los paganos serán los padres de familia de los alumnos de nuevo ingreso de los COBACH en todo el estado, a querer y no, en una sola emisión o en abonos, pero tienen que colaborar para la sospechosa “polla”.
MOLESTIA. – La imposición de la acción eminentemente pecuniaria es un contrasentido con la inspiración de los programas escolares donde se marcan aprendizajes esperados, se encierran objetivo de la educación y se diseña un perfil de egreso, en síntesis aquilatan el desarrollo del individuo, lo que compromete un proceso intrínseco del alumno ya que como prerrequisito no ocupa de una vestimenta especifica, menos aún de que esta sea comercializada en la exclusiva boutique de la institución y menos aún que sin piedad tenga que ser pagado a un sobreprecio.
IMPOSICION. – Pese a todos estos antecedentes que son los básicos en la educación, de la noche a la mañana, el sistema de colegio de bachilleres los olvido y sin tomar en consideración a los padres de familia y menos aún a los alumnos decidió imponer un nuevo y costoso uniforme.
EVOLUCION. – El mercado al que va dirigido el oneroso atavió escolar es de todos los niveles sociales, pero predomina la gente que en su día a día lucha por conseguir los recursos para sacar adelante a las nuevas generaciones, ahora en la propia escuela tendrán otra barrera en la búsqueda de mejorar la sociedad.
INCOMPETENCIA. – Los primeros paganos serán los padres de los alumnos de nuevo ingreso. Unilateralmente se decidió imponer nuevo estilo de vestir, ¡pantalonera como uso diario!, ¿será para que se tenga que comprar más de un juego?
DINERO. – Es obvio que este recurso no es pre requisito en la mejora educativa. No se trata de cursos intensivos de regularización ante el desfase de pandemia menos un soporte académico que los lleve a conseguir mejores niveles de aprendizaje, todos ellos, objetivos de cualquier escuela que se precie de serlo.
SECUNDARIAS. – Hasta antes de ahora, varias secundarias han tenido que ajustar su marco de convivencia para permitir el libre desarrollo del individuo, son de avanzada, esto significa tolerar la libre decisión de los alumnos y padres de familia.
DENUNCIAS. – Serán las denuncias las que aceleren el contacto con la realidad a los atavismos de los conservadurismos ociosos que privan en esas instituciones, el COBACH va en camino de recibir sus primeras dosis de realidad jurídica. La medida comercial es anti constitucional, el servicio educativo no puede ser condicionado y tampoco puede fomentar monopolios.
EXIGENCIA. – La exigencia de un uniforme en una escuela pública es tolerable y a veces hasta necesario, para ello debe existir un previo acuerdo, pero, que en ningún escenario es absoluto, unilateral, el servicio educativo esta más allá de la exigencia de cuotas y uniformes.
SOSPECHOSISMO. – La institución, ante la presión publica salió a deslindarse, epidérmicamente asegura que no tienen nada que ver con la comercialización de los mismos, aunque en el mismo documento oferta facilidades -abonos- para adquirir el costoso uniforme.
LIBERTAD. – Por sanidad, la institución debe quedar al margen de este tipo de prácticas. Los directivos enfocar su esfuerzo a la mejora de la calidad educativa y dejar que sean las empresas dedicadas al ramo de la confección que compitan con sus productos en el mercado de los padres de familia.
MERCADERIAS. – ¿En qué momento una escuela se metió a la competencia de las mercaderías y contamino su deber ser? ¿Dónde dejaron las premisas del desarrollo de los conocimientos y de aquilatar la formación de la personalidad?
DERECHO. – Los padres de familia tienen todo el derecho de exigir una educación de calidad y pedir que la escuela se mantenga al margen de la comercialización evitando con ello crear un nocivo monopolio de uniformes que en sí mismo lleva el innecesario descredito de la institución y del gobierno estatal el que se da por sentado que es el promotor de estas perjudiciales medidas que atentan contra la economía de los que menos tienen, aquilatando con ello el rezago social.
MESES. – Hace unos meses hubo una competencia cultural donde los estudiantes del COBACH local se prepararon en una extenuante labor académica, hasta aquí todo bien. Cuando llego el día una alumna se presentó con tenis en lugar de zapatos y ¡fue reprendida! la familia de la joven no tenia recursos para adquirirlos con la premura que la competencia exigía, poco falto para no ser llevada. ¿los zapatos hubieran hecho la diferencia en su calidad interpretativa? ¿en donde hubiera quedado el esfuerzo de semanas y meses? ¿es la sociedad de forma y no de fondo la que se esta preparando en las preparatorias? ¿los maestros y directivos actúan como coach que alientan o como jueces que sancionan? Sin duda ¡Practicas retrogradadas y anacrónicas!