LAS FUERZAS POLÍTICAS, SON FUERZAS IDEOLÓGICAS…

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POR César Sánchez Loya

Preocupa ver como se agudiza el encono entre fuerzas políticas de derecha y de izquierda en todo el país; la marcha convocada por la oposición para justificar la defensa del INE fue mero pretexto, medir “músculo” ante una 4T que no desea quedarse atrás, prepara la marcha de la contraofensiva apoyando las reformas electorales que propone AMLO.

Para esta marcha, la de AMLO, empiezan los acarreos. De Ciudad Juárez ya salieron varios camiones repletos de acarreados, todos pagados, además de alimento y hotel; así fue expresado por varios mercenarios de la política.

La marcha del pasado domingo 13 de noviembre en la ciudad de México, sin duda rebasó las expectativas de los propios organizadores. Se les vio deambular con una clara intención de volver a resucitar en un escenario con una carga política e ideológica compleja; vea usted si no, Elba Esther Gordillo, Claudia Ruiz Massieu, Beatriz Paredes, Margarita Zavala de Calderón, Vicente Fox Quezada. No hay duda que pretenden impulsar la precandidatura de alguien, a lo mejor la de Santiago Creel o de otro.

Alejandro Moreno, Alito, no es de aquí, ni es de allá, pero sugiere una cohesión “salvapellejos” que, en otros tiempos, no habría punto de coincidencia. “En política la forma es fondo”.

La enorme manifestación es el preludio de lo que puede significar el arranque a destiempo de una campaña presidencial impulsada indirectamente desde el poder ejecutivo; las reformas al INE propuestas por AMLO generan incertidumbre en la ciudadanía al no adecuarse correctamente a los tiempos; si a esto le aúnas un nulo desconocimiento de lo que busca la 4T con las reformas propuestas, la población lo interpreta con trasfondo de doble intencionalidad.

La narrativa de hoy radica en un enfrentamiento verbal, no obstante, la polarización puede conducir a tiempos más hostiles que presagian una costosa transición hacia una auténtica democracia en el país.

La derecha, la ultraderecha internacional, el neoliberalismo, el conservadurismo, el clasismo, durante el pasado domingo fueron representados por artistas del espectáculo, una fuerza inusitada, pero auténticamente representativa como bloque de oposición a las propuestas y planteamientos que desde palacio nacional convergen en una sola dirección, las que dicta AMLO.

Al final del día, las reformas de carácter electoral, deben ser consensadas por las distintas fuerzas políticas del país que, conduzcan a verdaderos acuerdos que den a la vez certeza a los próximos procesos de elección de nuestros gobernantes por la vía democrática.

Las propuestas de reforma electoral de AMLO se analizan desde un sentido económico, como se puede observar en cada una de sus solicitudes, y con justa razón creo urge adelgazar una burocracia costosísima para el erario público; sin embargo le falta direccionar sus demandas dando énfasis al aspecto técnico.

En sus peticiones debe dejar claro la no interferencia en la selección de candidatos a consejeros y magistrados del INE, es autenticar la imparcialidad e independencia de los órganos electorales; el temor ciudadano estriba en que aún, no rebasamos el pensamiento de la cultura del fraude, sigue arraigada en la memoria de los mexicanos y significa un costo muy elevado, no hay credibilidad en las autoridades electorales, en candidatos, en servidores públicos, en fin, falta transparencia en un país donde la democracia deambula lentamente por caminos sinuosos, donde la imparcialidad tiene distintas aristas y al final la legalidad es efímera en manos de quienes ostentan el poder político.