Policía que presuntamente acompañó a ‘El Mayo’ es agente en activo y está desaparecido: Fiscalía

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La Fiscalía General del Estado de Sinaloa (FGE) confirmó que José Rosario Heras López, comandante de la Policía Judicial que fue mencionado en la carta que se atribuye a Ismael “El Mayo” Zambada como uno de sus acompañantes el día de su presunto “secuestro” y traslado a Estados Unidos -25 de julio- es un agente en activo y estaba de vacaciones en ese momento.
“En lo que se refiere a la presunta participación de un elemento de Policía de Investigación como parte de la guardia personal del presunto líder delincuencial, se informa que sí existe un agente activo de investigación con el nombre señalado de Rosario Heras, adscrito a órdenes de aprehensión quien contaba con su periodo vacacional del 15 al 30 de julio de 2024″, señaló la institución en un comunicado. “La familia del policía presentó denuncia el 28 de julio por desaparición desde el 25 de este mismo mes cuando salió a visitar a sus padres en la sindicatura de Culiacáncito”.
La carta atribuida a Zambada, difundida por Los Ángeles Times, fue enviada por Frank Pérez, cuya firma aparece como solicitante de acreditación como abogado de Zambada García en la Corte de NY, según pudo verificar Aristegui Noticias.
En ella, aparentemente el fundador del Cártel de Sinaloa asegura que fue “secuestrado” el pasado 25 de julio a las afueras de Culiacán tras ser engañado por Joaquín Guzmán López “El Chapito” para que acudiera a una reunión en la que estarían presentes el mandatario y Cuén, exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa y fundador del Partido Sinaloense (PAS) y que serviría para “ayudar a resolver las diferencias” entre ambos.
Señala que acudió a la reunión acompañado del comandante de la Policía Judicial, José Rosario Heras López, y Rodolfo Chaidez, quien formaba parte de su equipo de seguridad y “de quienes nadie ha vuelto a saber nada desde entonces”.
Además, asegura que el exrector de la UAS, Héctor Melesio, Cuén fue asesinado en el centro de eventos llamado Huertos del Pedregal -donde se realizaría la reunión y fue emboscado el líder del Cártel de Sinaloa- y no baleado “la noche del 25 de julio en una gasolinera por dos hombres en motocicleta que querían robarle su camioneta”.
Al respecto, la Fiscalía aseguró que “mantiene como una de las principales líneas de investigación” del asesinato “el robo de vehículo”.
La fiscal Sara Bruna Quiñónez Estrada precisó que la carpeta de investigación continúa trabajándose “por todo un equipo ministerial, peritos e investigadores, cuya principal línea, sin descartar ninguna otra que pueda surgir en el transcurso de las indagatorias, se establece la tentativa del robo de vehículo”.
“Esto consta en las declaraciones del principal testigo de los hechos, acompañante y amigo muy cercano de la familia de Héctor Melesio Cuén así como en otras pruebas videográficas y periciales”. menciona.
Aseguró que “no existe obstáculo alguno” para que la Fiscalía General de la República (FGR) atraiga la investigación sobre el asesinato del exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), Héctor Melesio Cuén, como lo pidió el sábado el gobernador Rubén Rocha Moya al Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Rocha Moya aseguró el sábado que no estaba en Sinaloa el día que capturaron a “El Mayo” Zambada y señaló que “le mintieron” si le dijeron que él iría a una reunión con “Los Chapitos” y que, si les creyó, “cayó en la trampa”.
Según la narración difundida, “El Chapito” le habría solicitado a “El Mayo” Zambada reunirse para resolver algunas diferencias entre líderes políticos de Sinaloa.
El fundador del Cártel de Sinaloa habría estado enterado de una disputa sobre la dirección de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), misma en la que estaban involucrados el gobernador Rubén Rocha Moya y Héctor Melesio Cuén Ojeda.
Según el texto de referencia, Zambada habría sabido que a la reunión que había sido convocado también asistirían Héctor Cuén, Rocha Moya e Iván Guzmán Salazar.
“Vi a un gran número de hombres armados con uniformes militares verdes que supuse que eran pistoleros de Joaquín Guzmán y sus hermanos”, señala. “Mientras caminaba hacia el lugar de la reunión, vi a Héctor Cuén y a uno de sus ayudantes. Los saludé brevemente antes de entrar a una sala que tenía una mesa llena de frutas. Vi a Joaquín Guzmán López, a quien conozco desde que era un niño, y me hizo un gesto para que lo siguiera. Confiando en la naturaleza de la reunión y en las personas involucradas, lo seguí sin dudarlo. Me llevaron a otra sala que estaba a oscuras”, dice.
“Tan pronto como puse un pie dentro de esa habitación, me tendieron una emboscada. Un grupo de hombres me agredió, me tiró al suelo y me puso una capucha de color oscuro sobre la cabeza. Me ataron y esposaron, luego me obligaron a subir a la parte trasera de una camioneta. Durante toda esta terrible experiencia, fui sometido a abusos físicos, lo que resultó en que sufrí lesiones importantes en la espalda, la rodilla y las muñecas. Luego me llevaron a un lugar de aterrizaje, a unos 20 o 25 minutos de distancia, donde me obligaron a subir a un avión privado”, menciona el texto.