El pasado 13 de octubre, el director ejecutivo de la J+, Sergio Nevárez Rodríguez, dio el banderazo para el Programa de Bacheo 2023-2024, que se llevará a cabo durante los siguientes seis meses y busca abatir el rezago existente en la materia por obras de la Junta de Agua y Saneamiento de Juárez.
Al respecto, el arquitecto Wilberto Pineda Ruiz, jefe del Departamento de Supervisión, explica que las labores de la J+ van más allá del bacheo, pues se realiza la compactación del terreno para que la reparación sea más duradera.
Una vez que se repara la fuga o el daño registrado en las redes de alcantarillado o agua potable, se procede a la reparación de afectaciones sobre las calles. Para hacerlo, el primer paso es fondear tomas y descargas, líneas de gas e instalaciones existentes para evitar algún accidente.
“La diferencia es que en el bacheo del Municipio, nada más perfilan y ponen el asfalto; en cambio, nosotros hacemos la compactación del terreno en capas de 20 centímetros y luego ponemos la carpeta asfáltica. Es lo que le da la durabilidad y rigidez a la superficie para que soporte el rodamiento vehicular”, detalla el arquitecto Pineda.
Terminada la compactación del terreno, se aplica una liga o riego de impregnación con brea, un pegamento para que la mezcla de asfalto se adhiera al suelo y que funciona también como impermeabilización para evitar la filtración del agua de lluvia.
“Siempre se hace la reparación cortando la carpeta asfáltica en forma rectangular para que quede bien la junta del asfalto viejo con el nuevo”, agrega la arquitecto Kasandra Covarrubias, supervisora de la J+.
La capa de asfalto que se aplica por parte de la J+ es de siete centímetros de grosor, que una vez compactada, queda en 5 centímetros. La J+ usa la mezcla asfáltica AC-20, que es una mezcla caliente y en cuanto se enfría, se reabre la vialidad. Este proceso final dura aproximadamente 60 minutos.
Cuando se bachea con concreto, el material utilizado tiene diferentes tiempos de espera para que seque. “El concreto de fraguado rápido seca en ocho horas, pero el regular que utilizamos tarda tres días en secar, aunque en un periodo de 24 horas alcanza entre un 70 y un 80 por ciento de su resistencia”, agrega la arquitecto Covarrubias.
El concreto debe tener mínimo 10 centímetros de grosor, pero también hay de 13, 15, 20 y hasta 30 centímetros, dependiendo del tipo de vialidad. Cuando se trata de las avenidas construidas en el Plan de Movilidad Urbana, se debe quitar la placa completa y es obligatorio que lleven pasajuntas (estructuras de acero).
Una vez que se tira el concreto, se utiliza el Vibro, una manguera que se introduce en la mezcla y elimina las burbujas desde abajo. Utilizando una llana, se emparejan los bordes del concreto nuevo y minutos después, con el uso de un avión (una especie de llana de gran tamaño), se empareja toda la superficie.
“Después que está emparejada, se espera a que seque un poco y se procede a pasar el pulidor, para que quede al mismo nivel que la superficie circundante. Cuando está un poco más seca, se le pasa un rallador, con el cual se generan las líneas que permiten un mejor agarre a la superficie de las llantas de los vehículos. Si no se hacen estas líneas, los vehículos podrían derrapar sobre el pavimento”, explica la arquitecto Daniela Cruz.
Finalmente se aplica el curacreto, líquido que se esparce sobre la superficie para proteger al concreto y evitar que se quiebre.
Seguir todos estos pasos es lo que permite que las reparaciones hechas por la Junta de Agua y Saneamiento de Juárez tengan una mayor durabilidad y que la vida útil de las calles intervenidas pueda alcanzar hasta los 50 años.