Destapes, autodestapes y calenturas

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Luro Verum

Por Rafael Navarro Barrón

La premisa es aplicable, pero la tengo que decir con elegancia: “en política, la acción de emitir micción acuosa y amarillenta, al margen del perol, es como un acto de onanismo cuando se es un puberto jarioso”.
Y qué mejor ilustración para comprender la profundidad de los hechos presentes y venideros, en un país donde ya cualquiera cree que puede ser presidente de la república, gobernador o alcalde.
Es increíble que en todo el país ni la oposición ni el partido en el poder, cuenten con personajes que nos den la tranquilidad de gobernar la nación sin que tengan cola que les pisen. Así de jodidos estamos.
Pero ese mismo escenario se presenta en los nuestra entidad chihuahuense y en el municipio de Juárez. La jodidez es la marca de la casa y nos lleva al reciclaje y a mirar cartuchos quemados que se alejan de los intereses del pueblo.
Por eso hay tanto imbécil meando fuera de la cacerola que cree tener los méritos para ocupar la grande, la mediana y la chica. Chihuahua es el ejemplo más notorio, con eso de que nos llaman el ‘laboratorio político’ de México. Lo hacen por el ‘Verano Caliente’; por la lucha municipalistas de Francisco Villarreal; por las Muertas de Juárez que nos da el deshonroso lugar de ser la entidad donde a las activistas las asesinan en la puerta principal del Palacio de Gobierno; somos el laboratorio de los asesinatos del narcotráfico y la nombrada ciudad más violenta del mundo.


Nuestro ejemplo ilustra perfectamente los hechos. Lo ocurrido recientemente es del dominio público: después del huevonazo e inepto de Javier Corral y su desastrosa administración; después del vulgar ladrón de César Duarte; después del huevos tibios de José Reyes Baeza que convirtió el Estado en un cementerio del narcotráfico; después del incapaz, corrupto y llorón de Armando Cabada en el municipio de Juárez, ¿qué más nos puede pasar?
Honestamente, no creo que algo peor a lo que ya experimentamos pudiéramos repetir en las estructuras de gobierno. Creo que ya lo peor de las tormentas administrativas las hemos vivido y sufrido en la medida suficiente. Si algún pecado tenemos como municipio y la entidad, creo que el Creador nos puso a mano al enviarnos esas harpías voraces e incapaces que en el adiós de sus gobiernos, siempre aparecieron en los peores lugares de las mediciones de aceptación.
Por eso llama la atención el adelantadero que se traen los que pretenden sustituir –en el 2024- al morenista Cruz Pérez Cuéllar como alcalde de Juárez; resulta absurdo que alguien, con tanta calentura y poco cerebro, como Juan Carlos Loera de la Rosa, diga a los cuatro vientos que está listo para venir a hacernos el favor de gobernar la frontera.
Lo peor del caso es que el político morenista está en amplias posibilidades de ganar la elección, no por sus méritos, sino por los números que conserva Morena en la frontera. De allí la adelantadera de los ‘pre’ de izquierda y de derecha; por la ala geriátrica, el eterno ‘calienta chiles’, Teto Murguía y el dos veces vencido, Javier González Mocken.


Por Morena, ya lo dijimos, se abalanza Juan Carlos Loera y, para ser honesto, no solo tiene las ganas también la venia que requiere un político: la bendición de Ariadna Montiel Reyes, la secretaria del Bienestar, una de las funcionarias, políticamente hablando, más poderosas de México; tiene la venia del presidente de la república que lo alza hasta las nubes, que lo hace enseñar esa enorme sonrisa cada vez que le dice con cariño “Juan Carlos, mi amigo”, que lo hace temblar de alegría… siiii, no miento, el súperdelegado experimenta orgasmos políticos cada que el inquilino de palacio se refiere al excandidato perdedor de la elección pasada y pues, qué más le queda, responder con un “gracias, señor presidente”.
También don Juan Carlos tiene en sus manos, sin límite alguno, en dinero en efectivo (¡como debe de ser!), todo el poder económico del gobierno federal que le alcanza para que los escribanos le redacten columnas y libritos…inleíbles y, ahora, tiene: ¡Señores y señoras, ladies and gentleman…con ustedes Manuelllllllll del Castillllooooooo¡
El gran hacedor de personajes innombrables. El periodista que se ha convertido en una especie de Rey Midas, pero al revés, todo lo que toca lo convierte en loser político y empresarial. Así los equipos de Futbol de la familia de la Vega; así las gasolineras de la misma familia que siguen cerradas, no obstante toda la campaña periodística negra y blanca que se realizó en su momento; no obstante los súper abogados que estuvieron en la defensa; no obstante la mano obsequiosa de Armando Cabada y su cabildo y el apoyo total de Javier Corral a su secretaria de Innovación, Alejandra de la Vega para que, con vericuetos legaloides, pudieran abrir las distribuidoras de gasolina las Arco, que siguen cerradas, polvorientas, con las mantas de protesta como bastillas de traje de matachín.
Luego, Del Castillo, fue llamado como bateador designado, como la última esperanza del equipo de Javier Corral Jurado. El desastre fue total, pero la estructura y la destreza del nuevo jefe de comunicación social de Juan Carlos Loera no se desprecian ni se desestiman, porque de que sabe, sabe.


Bien lo dijo Antonio Pinedo en una declaración para esta columna: “Tú sabes, esos gueyes son como una cofradía, son seis o siete cabrones que se ayudan entre sí desde el lugar donde están. Es Pedro Torres, Manuel del Castillo, entre otros…”
La cofradía opera, ahora, para el gobierno federal. La estrategia es integrar a los periodistas y medios que se sientan progresistas, afines a la 4T, a todos aquellos que se creen socialistas, a los renegados sociales que siguen al servicio ideológico de la isla de Cuba y que son adoradores natos del Che Guevara; los que rascan en sus guitarras las canciones de Mercedes Sosa, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Oscar Chávez; que se orinan de gusto cuando cantan “las casas de Cartón”…
Todo el show, al final del día, se centra en maniobrar para derribar a un Cruz Pérez Cuéllar que cada vez se fortalece más, porque no está manco y sabe cómo se maneja la política.
De allí los ataques demenciales de Loera y la operación política que, curiosamente, viene de los que en el pasado adoraban la figura de Armando Cabada como alcalde.
Es extraño que los detractores del presidente municipal en turno, fueron en el pasado los plagiarios de la opinión pública y que tenían como objetivo central la defensa a ultranza del dueño de don Boletón y convertir todos sus yerros y actos de latrocinio en virtudes casi teologales.
Los mismos pecados de Cabada se le restriegan en la cara a Pérez Cuéllar como si fueran pecados nuevos y se elogia el paso nefasto y retrograda del cabadismo como si fuera algo digno de recordar.
En el tinglado político, la presencia del Senador morenista, Ricardo Monreal, en Ciudad Juárez descubrió el genuino carácter del superdelegado de Bienestar, Juan Carlos Loera de la Rosa.


Monreal no vino a saludar al súperdelegado, sino al súperalcalde (como lo hizo ver el senador morenista). En esos vericuetos políticos hemos ido conociendo quién es realmente el Juan Carlos Loera.
El súperdelegado se torna intolerante, irreflexivo y con muchos complejos que lo hacen pelearse con enemigos pequeños y grandes y explotar a la más mínima insinuación.
De allí la versión periodística de hace unas cuantas horas, adjudicada al secretario general de Gobierno, César Jáuregui. El funcionario, que tiene como virtud manejar con elegancia la mano izquierda y pocas veces responde a sus adversarios, esta vez dio respuesta al injuriador y despotricador oficial de la 4T, Juan Carlos Loera; el jefe Jáuregui (como es conocido en el PAN) aseveró que “a veces, el delegado (de Bienestar) escribe cosas sin pensar”.
Y qué razón la del panista, porque Loera escribió un libro sin pensar, los que pensaron fueron los autores de ese mamotreto que ni siquiera se tiene memoria del título.
Loera se sintió ofendido por lo que dijo Monreal. No tardó mucho en que su corta mecha política se encendiera y, de inmediato, publicó en sus redes sociales que el senador por Morena, Ricardo Monreal era un canalla al decir que el presidente municipal, Cruz Pérez Cuéllar hubiera ganado la gubernatura de haber sido el candidato de Morena.
“Una canallada (que no es de compañeros) la de Ricardo Monreal al decir sin ninguna consideración ni contexto…que ni las trampas, ni las confabulaciones, que otro candidato hubiera ganado la gubernatura…qué revise la votación de Ciudad Juárez”, replicó el súperdelegado en sus primeras asesorías que recibía del flamante equipo del famoso publirrelacionista.
Monreal vino a decir verdades. Esas verdades que duelen, que ofenden a los perdedores de las contiendas. Mencionó que “Pérez Cuéllar, era mejor perfil”. Cierto; que Loera ganó una auscultación amañada, favorecido por la cúpula de su partido. Cierto. Porque no únicamente Monreal, todos en política están seguros que el triunfador de la encuesta de Morena para ser candidato a gobernador, fue el actual alcalde de Juárez, que Loera fue metido con calzador atendiendo la recomendación del presidente de la república, de Ariadna Montiel y del líder nacional de Morena.


Pérez Cuellar está en la mira de Loera. Es más que obvio. Muchos informes se cuelan hacia arriba, porque la política es de amigos, de colaboradores y de traidores. La estructura del morenismo se centra en un solo objetivo: evitar la reelección de Pérez Cuéllar.
El grupo del súperdelegado siente que el presidente municipal se ha alejado de la ortodoxia de la 4T y se ha acercado mucho a la que fuera por años su casa política, el PAN.
Y es que después del desastroso periodo de gobierno del también morenista, Armando Cabada, cualquier hijo de vecino se siente con los tamaños de gobernar la frontera. Esa es la regla de medida: ya más mal no nos puede ir después del gobierno del dueño de Don Boletón.
Ante la premisa de la ‘caballada flaca’, hay que reciclar, reescribir las historias, sacar la versión 2022, 2023 y 2024 de los que pueden, quieren y se aprontan para ser candidatos. Aquí es donde entra Loera de la Rosa que no se va a detener.
El equipo está juntando información que pudiera ser efectiva para acabar con la posibilidad de reelección de Pérez Cuéllar que, contrario a lo que se cree, va creciendo en las posibilidades políticas con una administración, literalmente, hecha garras; sin recursos, sin más acción que generar el pan y circo a los juarenses para que olviden los hoyos de las calles, los camellones sucios con la mayoría de los árboles secos…para que olviden su realidad y se conformen con lo que hay, porque no dejaron para más.
La ‘cinicocracia’ se ha convertido en modelo de gobierno que parece no inquietarle a nadie. En la reciente visita de Maru Campos a Ciudad Juárez, en un evento de entrega de tarjetas de descuentos, el flamante diputado plurinominal, Armando Cabada, hizo saber a la gobernadora que el Parque de la Familia, donde se realizó el evento central, había sido parte de su gobierno.
Pero el descarado ex alcalde no le dijo que durante su administración abandonó camellones, parques, jardines, El Chamizal. Que las únicas regadas de plantas era cuando andaba ebrio en la camioneta oficial y se bajaba a mear en los parques a punto de desaparecer. Que dejó las calles hechas un desastre, cuyas consecuencias se pagan en este momento.


De allí el surgimiento del ala geriátrica de la política y la idea aplastante de retomar la ciudad con las siglas de cuatro partidos, en una súper alianza que tendrá como objetivo detener a Morena, mantener la mayoría en el Congreso del Estado y frenar al hombre o mujer que elija por dedazo López Obrador.
Es por eso, que nos toca ser testigos de lo que viene. Prepararnos para la versión 360 mil 464 de la Teto Cumbia, algo así como la popular Danza de los Viejitos, en honor al dios Viejo, según la tradición michoacana; en unos días nos volverán a saturar de los escuálidos domos que se construyeron en escuelas y parques públicos; de la obra de Sebastián, la famosa cantina conocida como La Equis y se revivirá el periodo negro, obscuro de Julián Leyzaola que asesinó, torturó y robó para frenar a los malandros que tenían de rodillas a Ciudad Juárez.
Todo ese show para que Héctor Murguía Lardizábal vuelva al escenario político con la venia, no de uno, no de dos, no de tres, sino de cuatro partidos políticos que lo pudieran impulsar y ayuden a este humilde empresario a pagar la campaña porque, de su bolsa, no saldrá ni un cinco.
Y por la otra ala, se ubica el ex candidato perdedor por Morena y ahora, hasta afiliado al PAN junto con su equipo, Javier González Mocken que ha dado las primeras muestras de molestia porque advirtió que la estructura de la Secretaría de Educación no se está alineando a su propia candidatura.
En el tiempo justo de las grandes definiciones cuando en el mierdero nacional está en su máximo nivel; el siguiente paso es la consumación de actos estúpidos que tomarán forma de violencia política.
Matar a quien estorbe, a quien denuncie, a quien se oponga, se convertirá en el nuevo rostro de la política. De hecho, esa actitud agresiva e irreflexiva es la nueva versión de la vida chihuahuense donde se ha perdido todo el rubor y el cinismo es la nueva forma de gobierno.