Nuevos libros de texto, retroceso educativo para México

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Los nuevos libros de texto gratuitos no solo representan un retroceso en los avances que se tenían en materia educativa, son por demás una falla grave en los métodos de enseñanza y lo más grave es que están llegando a las escuelas, bajo el experimento que desarrollan antimexicanos y marxistas con el nombre de la Nueva Escuela Mexicana (NEM).

Nuestra demanda, junto con los grupos sociales es que López Obrador atienda los amparos para recomponer los contenidos, de la mano de expertos y no solo por un pequeño grupo de personas con ínfulas de dictadores dispuestos a ideologizar a nuestros hijos.

Y es que como se ha visto, en las recientes filtraciones de su contenido se observa un grave atentado contra las matemáticas, un alto contenido de ideología de género, aparte del evidente adoctrinamiento.
Se trata de la repetición de la metodología que se utilizó en Venezuela para adoctrinar sobre el chavismo, una situación que pensamos nunca llegaría.

López Obrador quiere quedar en los libros de texto en un afán enfermizo, sin embargo tenemos que ponerle un alto, decirle que la escuela es para recibir conocimientos que le ayuden a los niños a enfrentar los retos de la vida diaria y superarse, no necesitan saber de buenos y malos en la política y otros contenidos que transgreden la enseñanza como la conocemos.

Es reprochable la conducta de los gobernadores de la 4T, que por seguir fielmente a su líder se han lanzado a aprobarlos, aunque representen un grave retroceso en nuestras generaciones, lo mismo que la postura del sindicato de maestros que ha señalado a rajatabla su lealtad a los libros, desoyendo las protestas de padres de familia y asociaciones civiles.

Estamos ante un panorama complicado; las autoridades educativas no respetaron los procesos jurídicos ni pedagógicos en la elaboración de los nuevos LTG; estos se desarrollaron sin contar con programas de estudio aprobados ni publicados y se construyeron sin consultar a los diferentes actores o sectores involucrados.

En matemáticas tenemos poco y malo. Los temas ausentes y fundamentales para este grado y que sí abordan los libros actuales son: sistema monetario, centena, peso, capacidad, tiempo, longitudes, problemas aditivos, sumas y restas como algoritmo.

También se eliminó toda la sección de recortables, una actividad importante para operar con las matemáticas a esta edad (por ejemplo, con el Tangram) y de gran disfrute para los niños y las niñas. Una lástima. En suma, para primer grado tendremos 52 lecciones que abordan temas sociales y culturales como: injusticia, desigualdad, racismo, participación comunitaria, entre otros, contra diez temas propiamente matemáticos. Este es un cambio radical en la composición curricular que sin duda profundizará el rezago que ya de por sí teníamos en esa materia.

Además, se puede abordar un cúmulo de errores ortográficos y gramaticales, de hecho, en la revisión que he hecho a los libros se observan fallas constantes en la transposición didáctica.

Con base al análisis, predomina en ellos un lenguaje erudito o de adultos lejano a la edad de los niños. La composición discursiva es de un enorme enciclopedismo que no guarda una articulación accesible con los proyectos o con las progresiones de aprendizaje que anuncia el programa de estudios, aún en revisión.

Por la estructura que guardan, por lo poco atractivo de su abordaje y las imágenes que se usan, se puede anticipar que los nuevos LTG despertarán muy poco el asombro o la curiosidad de los niños y las niñas.

Ante todo, esto, y dicho por expertos se advierte que será extremadamente complicado que los utilicen de manera autónoma y libre dado que requerirán que un adulto les explique o les traduzca lo solicitado.