Por César Sánchez Loya
Para los contendientes, el piso, no es parejo desde Palacio Nacional, la línea se balancea a favor de dos contendientes de Morena, por un lado Claudia Sheinbaum jefa de la ciudad de México, cuenta con el incondicional apoyo del presidente de México y con los recursos humanos económicos que le brinda su encargo; pesa la sombra del accidente fatal de la línea del metro que le hizo perder en las pasadas elecciones varias Delegaciones importantes para sus aspiraciones políticas, sin embargo, su poder de convocatoria, no es tema de discusión, sin duda una fuerte contendiente a la Presidencia de la República.
Otro aspirante que puede eclipsar sus aspiraciones es Adán Augusto López el segundo de a bordo del presidente Andrés Manuel López Obrador, ambos de origen tabasqueño llevan el mismo estilo pausado en la narrativa de la política interior. La reconciliación nacional frente a la imperante violencia que pone en peligro al régimen actual; al titular de la SEGOB le cayó como anillo al dedo promover las reformas electoral y militar en todos los estados del país, una proyección natural para rodearse de simpatizantes que le brinden el respaldo que necesita para de esta forma ser el candidato de Morena. Mediáticamente Marcelo Ebrard ha sido relegado a un tercer plano, conforme avanza el tiempo las aspiraciones parecen diluirse, ser el encargado de la política exterior, no les ha dejado dividendos favorables a sus aspiraciones, al menos esta es la percepción; al diplomático lo distinguen valores éticos, morales y una férrea disciplina que siempre lo ha proyectado en el escenario político nacional; a decir representa un personaje de contrapeso en las preferencias de AMLO, el tercero en discordia.
Ricardo Monreal un morenista que se cuece aparte, el zacatecano tiene la lucidez para poder entender que después de 25 años de estar luchando al lado de López Obrador en contra de un régimen opresor por una reconciliación nacional, no representa el alfil preferido del presidente de México, no tiene la misma concepción de entender el poder de tal forma que son innegables las diferencias políticas con quien lleva las riendas del poder ejecutivo, cree en los consensos para dirimir hostilidades, en su discurso se aprecia una narrativa incluyente, es por ello que en el escenario nacional es considerado, no solo por morenistas, no es el hombre que abandera una sola causa, de ahí la desconfianza de Andrés Manuel López Obrador, aun así, Monreal, no titubea en avalar las decisiones de AMLO siempre lo ha estado con él a pesar del abierto favoritismo a las otras “corcholatas;”. Durante las pasadas elecciones fue motivo del escarnio político al responsabilizarlo de la desastrosa derrota que sufrió Claudia Sheinbaum en distintas demarcaciones territoriales en la ciudad de México, cuando es de todos conocido que fue la tragedia en el metro que le restó popularidad al momento del voto popular.
Ante los medios de comunicación, no duda en decir que la razón le asiste al decir que el dinero, no puede ser la clave del éxito político. Siendo el líder de la bancada morenista en el senado de la república tiene forma de negociar con AMLO el respaldo a la reforma electoral que se avecina a cambio por lo menos de la jefatura de la ciudad de México, de no ser así simple y sencillamente se iría de Morena a buscar nuevos horizontes.
