Tatuajes del niño mal hecho

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Por Ernesto Salayandía García

El que esté libre de culpa, que arroje la primera piedra

Hay de adictos a adictos, la mayoría, no acepta, ni sabe que es víctima de una adicción, que es una compulsión involuntaria que no puedes evitar, ni puedes controlar.- Adictos a la comida, a la harina y sus derivados, a la nicotina, al alcohol, marihuana, cocaína, morfina, cristal, fentanillo, fármacos, adictos a las mentiras, la pereza, depresión, apatía, los hay también, adictos al chisme, a levantar falsos y cobardemente hablar más a espaldas de las personas, hay infinidad, adictos al trabajo, al sexo, la pornografía, a ser infieles, adictos, víctimas de los trastornos alimenticios, al juego, a los gimnasios, también, adictos a la violencia, otros, amantes de la soberbia a tratar con el látigo del desprecio a los demás, adictos a las tranzas y la corrupción, otros más, muchos, adictos a una persona, se llama codependencia, a vivir en el pasado, en él hubiera, claro, que según el sapo es la pedrada, un bebedor de cerveza no acepta que es un drogadictos, la cerveza es una droga, por supuesto que todos los excesos son malos, el punto, es centrar el comentario, que somos una sociedad muy enferma de nuestras emociones.- Caras vemos, emociones no sabemos, mañas menos.

El respeto, brilla por su ausencia

El tatuaje que distingue a una gran mayoría de niños y jóvenes, se llama respeto que no se adquiere ni en la escuela, ni en la televisión, se adquiere con el ejemplo de los padres y es fundamental en la vida prospera del hombre, alguien que tira basura a la calle, que tira colillas, que dejas sus bolsas de basura en cualquier lugar, por ejemplo, no le tiene respeto a su ciudad y menos tiene la costumbre de cumplir con las más elementales normas de vialidad, un niño que fuma, no le tiene respeto a su cuerpo, no se quiere, se daña severamente con nicotina o marihuana, lo mismo sucede con el alcohólico y todo aquel que depende las sustancias toxicas, se falta al respeto y no se quiere asimismo, es ahí, donde la adicción echa sus raíces, un adicto, primero es toxico, se hace ingobernable y después le gana la compulsión, por ello, la recuperación es sumamente difícil, mas no imposible, debido a que no tiene una estructura emocional, carece de buenos hábitos, de buenas costumbres y el respeto, es un enorme vacío de llenar,

Mal de muchos, consuelo de tontos

Recorro un buen número de escuelas, antes de iniciar mis pláticas, me coloco en la entrada de salón o el auditorio, los alumnos pasan a un lado de mí, son extremadamente contados, los que detienen su paso para decirme.- Buenos días y regalarme una sonrisa, de igual manera los niños que te saludan de mano, simplemente, te ignoran, nadie les ha enseñado las normas de cortesía, que incluyen saludar, respetar y ser amables con las personas, carecen de educación y lo mismo sucede con los adultos, por ejemplo, a la salida de misa, los creyentes son unos perfectos desconocidos, no se dirigen la palabra, pocos son los que saludan y se despiden, así sucede en los centros de trabajo, todo el mundo vive su propia vida, reinando la apatía, descortesía y el desdén, no hay muestras ni de respeto, ni de afecto.

Chicos de hoy

Una tarde noche, me quede en la sala bien televisión, un grupo de amigos de mis hijos tenía una fiesta en el jardín, eran más de 30 adolescentes, que en grupo de dos, o tres entraban a la sala para ir al baño, el desfile fue muy largo, entraban y salían jóvenes a hacer sus necesidades durante las próximas cuatro horas, el perfil generalizado, fue la falta de educación y de respeto a una persona, pasaban como Juan por su casa, ni un con permiso, ni  buenas noches, ni el me permite por favor su baño, fueron contados los que saludaron, dijeron gracias o con permiso, yo fui educado de otra manera y no es que sea cuadrado de pensamiento, pero estimo que muchos de los jóvenes de hoy, carecen de valores, principios, pero sobre todo de ejemplo y claro, de lo más esencial que para mí, es el respeto y tal vez el comentario pudiera parecer ridículo o absurdo, ante la ausencia de respeto, se diluyen matrimonios, se pierden amistades y el adicto jamás se recupera ni sale del mar de la mediocridad, al fin adicto, adicto por siempre.

¿Por qué te drogas?

A ciencia cierta, un buen número de adictos, no sabe por qué se droga, unos, dicen que es por el placer, otros por la sensación, el servicio que te da, otros opinan que es por gusto, en lo personal, yo me drogaba por mediocre, porque no me quería, me drogaba, por mi autoestima nula, por mi vacío espiritual, fumaba como chacuaco y decía absurdamente.- Si de algo me voy a morir, hay que saber de qué Yo me drogaba porque no me respetaba, no respetaba a mi familia, ni mi trabajo, ni mi vida, fui inmaduro e irresponsable, me faltaba en la vida aplicar mis valores, amarme a mí mismo y hoy lo sé, no me las doy de muy cuco, pero he visto morir a infinidad de adictos mediocres, que no quisieron, no pudieron respetarse, les valió monja todos los fondos que la droga los ha orillado, no fueron suficientes, Luis, abogado, con dos ranchos de cien hectáreas cada uno, casas, autos, propiedades, con familia, murió de una congestión alcohólica, se faltó al respeto toda la vida, no se quería y cuando no te quieres, no puedes querer a nadie y hace puedo narrar la vida de muchos más, todos ellos, mediocres, nacidos para perder que mueren, sin pena ni gloria, víctimas de esta perra, maldita enfermedad, perversa del alma.