Ante el pleno del Congreso propuse facilitar y ampliar el acceso de los estudiantes a mecanismos de cuidado a su salud mental, debido a que en la actualidad se dificulta ya que las opciones a terapias o medicamentos se limitan.
En la entidad existen 207 unidades de salud, 42 de las cuales ofrecen servicios de atención psicológica y 4 de psiquiatría y aunque el despliegue es digno de reconocer, en muchos casos se enfoca a atender a adultos.
El servicio puede ser solicitado a través de la línea telefónica 911 las 24 horas del día los 365 días del año, pero urge ampliar la cobertura.
Nuestra propuesta además priorizará la prevención de males mentales más profundos que se desencadenan por falta de una atención temprana, tales como la esquizofrenia, bipolaridad o ansiedad generalizada.
De ahí que los estudiantes son un sector propenso a padecerlas, por el ritmo de vida actual, aparte la incidencia de estos males se acentuó con el confinamiento; entonces, la ayuda de profesionales permitirá superar el trastorno provocado por las medidas de mitigación de la pandemia, que aún enfrentamos.
Y es que la Salud Mental es el estado de equilibrio que debe existir entre las personas y el entorno socio-cultural que los rodea, incluye el bienestar emocional, psíquico y social e influye en cómo piensa, siente, actúa y reacciona una persona ante momentos de estrés. Es la base para el bienestar y funcionamiento efectivo de una persona y su comunidad.
Las señales más visibles de los padecimientos mentales son: alteraciones o cambios en el sueño, estado de ánimo y apetito.
Como medida preventiva es indispensable fomentar un ambiente familiar armónico en el que niñas, niños y adolescentes se sientan cómodos para compartir y expresar sus sentimientos; sin embargo, el mismo confinamiento ha complicado su atención y con ello las posibilidades de que hablen sobre el origen de su comportamiento.
Entre las medidas para ayudar a niñas y niños a superar su estado de depresión se recomiendan:
• Estimular su participación en actividades que les brinden una sensación de logro, placer, diversión o conexión social.
• Fomentar el disfrute de eventos y experiencias positivas.
• Alentar la tolerancia.
• Alejar los pensamientos negativos.
• Hacer planes para el presente y el futuro.
Las y los especialistas del Sistema Nacional DIF advierten que en caso de que los síntomas de la depresión persistan, madres, padres o cuidadores deben buscar ayuda profesional, hablando con el pediatra o el médico familiar quienes les orientarán sobre un especialista de la salud o recurriendo a las instituciones públicas como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) o el propio SNDIF, en donde se les brindará el apoyo necesario.
Se calcula que en América Latina y el Caribe 17 millones de adolescentes de 14 a 16 años sufren de algún trastorno psiquiátrico que amerita atención; la frecuencia de trastornos mentales en la infancia es entre el 12 y el 29%. En México, al comienzo del nuevo milenio, se reportaba una prevalencia de cerca del 15% de trastornos psiquiátricos infantiles, lo que equivale a que 5 millones de niñas y niños sufrían de algún problema de salud mental; y de este total, la mitad requería de una atención especializada e integral.