El espectáculo apenas comienza. La polémica generada por el regidor morenista Miguel Rigss Baeza y su desplante hacia la síndica Olivia Franco Barragán en la sesión de la Comisión de Hacienda del cabildo de Chihuahua, ha desatado una cadena de eventos dignos de cualquier drama político. Lo que inició como un exabrupto se ha convertido en una tormenta que amenaza con arrastrarlo aún más lejos del escenario político.
Tras la difusión del video que muestra el incidente, Rigss intentó desviar la atención con afirmaciones poco convincentes: primero acusó de edición al material audiovisual y, en su versión más reciente, culpó a los “medios chismosos de comunicación” sin explicar concretamente a qué se refiere. Este argumento, lejos de calmar las aguas, solo ha alimentado el fuego.
Ayer, la Síndica Municipal interpuso una denuncia formal por violencia política de género, mientras que el lunes se espera que el Comité Directivo del PAN también presente una denuncia, aunque aún no se sabe si será bajo el mismo concepto.
El próximo capítulo está programado para el 22 de enero, cuando los regidores del PAN, y posiblemente de otras fracciones edilicias, se manifestarán en la Presidencia Municipal en rechazo a Rigss. Este acto simbólico, previo a la sesión de Cabildo, busca ejercer presión sobre Morena para que tome cartas en el asunto.
Desde el Congreso local, la postura es clara: Morena debe retirar a Rigss de su puesto y permitir que su suplente asuma el cargo, con el fin de evitar que se repitan incidentes de este tipo. Esta exigencia no es nueva; el regidor ha protagonizado otras polémicas similares, lo que ha llevado a sectores fundadores de Morena, como el grupo conocido como “Los de a pie”, a pedir su expulsión definitiva del partido.
Cabe recordar que Miguel Rigss Baeza no es ajeno a los escándalos. Su historial incluye una expulsión previa de Movimiento Ciudadano, también por acusaciones de violencia de género. Ahora, el señalamiento por parte de Morena sobre su supuesto oportunismo político, refuerzan la narrativa de que nunca fue un cuadro propio del movimiento, sino un “arribista” cuya permanencia podría ser más un lastre que un activo.
Mientras tanto, el desenlace de esta telenovela sigue siendo incierto. Lo que es seguro es que, con cada nuevo episodio, Rigss parece hundirse más en su propio guion de controversias. ¿Cederá finalmente Morena a las presiones internas y externas? ¿Podrá Rigss recuperar algo de credibilidad? Las respuestas, como en toda buena telenovela, están por venir.
Andrea Chávez: La senadora que sólo obedece al pueblo… ¿o a una fracción?
La senadora morenista Andrea Chávez Treviño dejó claro que su lealtad está exclusivamente con el pueblo, pero con un pequeño matiz: únicamente con los 861 mil que votaron por ella. En una declaración que no pasó desapercibida, Chávez se desmarcó de la gobernadora y del secretario general de Gobierno de Chihuahua y muy salsita, afirmando que no recibe órdenes de ellos, sino únicamente de sus votantes. Dice que anda volando muy alto.
Resulta que el resto de los chihuahuenses quedó tácitamente fuera de su esfera de representación. jajajaja
Este posicionamiento, más allá de reafirmar su independencia frente a los poderes locales, parece alimentar la percepción de un estilo político excluyente. Mientras el mandato de una senadora debería abarcar a todos los ciudadanos de su estado, Chávez parece priorizar a quienes la llevaron al escaño y eso no debe de ser.
Lo irónico del caso es que, en su intento por responder al exhorto de la gobernadora a los aspirantes a la gubernatura de concentrarse en sus labores actuales y “mostrar resultados”, Chávez terminó replicando un discurso similar. En una entrevista reciente, señaló que “primero es el trabajo y el pueblo decidirá”.
Aunque parezca contradictorio, su mensaje no dejó de ser una repetición – con otras palabras – de la recomendación de la mandataria estatal.
¿Es esto un simple juego político para marcar diferencias o una estrategia para posicionarse como la candidata de Morena en Chihuahua? Lo cierto es que la senadora sigue construyendo su narrativa basada en una aparente autonomía y en un compromiso inquebrantable con su base electoral.
Sin embargo, este episodio pone de relieve una cuestión clave: ¿debe un representante público trabajar sólo para quienes votaron por él o ella? La respuesta debería ser evidente, pero declaraciones como esta nos recuerdan que, en política, las lealtades suelen definirse más por los intereses electorales que por el deber de gobernar para todos.
Reunión Nacional de Alcaldes y Gobernadores: Un discurso sin pies ni cabeza
Ayer, en la Ciudad de México, alcaldes y gobernadores de todo el país se dieron cita para un encuentro encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. El resultado: buenas intenciones, muchos aplausos, pero pocas certezas. Un discurso que parece más un trámite político que una hoja de ruta clara hacia un verdadero fortalecimiento del federalismo.
Aunque el planteamiento de fortalecer a los municipios es positivo en teoría, la realidad choca de frente con la esencia centralista de la Cuarta Transformación. Desde la llegada de López Obrador, los presupuestos y los programas destinados a los municipios han sufrido una reconfiguración que ha dejado a las autoridades locales con menos recursos y más responsabilidades. Este modelo, lejos de descentralizar, ha reforzado el control desde el poder federal, dejando a los municipios en una posición de dependencia y vulnerabilidad.
Durante la reunión, los alcaldes, incluyendo a los de Morena, coincidieron en un punto clave: la necesidad de una distribución más justa y equitativa de los recursos, así como el restablecimiento de programas municipales cancelados, que en su momento fueron fundamentales para el desarrollo local. Este consenso demuestra que, incluso dentro de las filas de la Cuarta Transformación, el modelo actual no satisface las necesidades de quienes gobiernan en los territorios.
Sin embargo, la gran interrogante sigue siendo si realmente existe voluntad política desde el centro del país para avanzar hacia una agenda municipalista. Hasta ahora, los hechos parecen contradecir las palabras. Si bien Sheinbaum ofreció atención a las expresiones y necesidades de los alcaldes, este gesto podría quedarse en el terreno de la narrativa: un mecanismo para evitar críticas sin comprometerse a cambios estructurales.
El fortalecimiento del federalismo a través de los municipios no sólo es una tarea ideal, sino urgente. Sin embargo, para que esto ocurra, no bastan reuniones protocolarias ni discursos bien intencionados. Se requiere una transformación real en la distribución de recursos y en la relación entre los niveles de gobierno, algo que, por ahora, parece más una utopía que una meta alcanzable en el contexto actual.
El tiempo dirá si este encuentro será recordado como el inicio de un cambio o como un episodio más en la larga historia de desencuentros entre el poder central y los municipios. Mientras tanto, los alcaldes seguirán enfrentando sus desafíos cotidianos con lo poco que tienen y con la esperanza de que, algún día, la narrativa federalista se convierta en acción concreta.