¡Tiro limpio en San Lázaro!

LA COLUMNA RAYOS Y CENTELLAS. COMPÁRTELA!

por Talcual
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Hablando de diputadas que no le temen ni al qué dirán ni al Código Penal, la semana pasada el Congreso de la Unión nos regaló otro episodio digno de una telenovela de barrio bravo —con todo y megáfono volador.

Resulta que Lilia Aguilar, la protegida y siempre bien arropada por don Rubén Aguilar, sacó a relucir todo lo aprendido en las canchas de la colonia Villa de Chihuahua. Nada de florituras ni discursos finos. ¡Aquí se arreglan las cosas como en la secundaria pública: a gritos, jalones y con el “¡ya cállate!” en primera fila!

El blanco de su furia fue ni más ni menos que la senadora panista Lily Téllez, quien también tiene lo suyo en eso de armar escándalos, pero con más glamour y menos barrio. Durante la sesión, la diputada Lilia se acercó con ese cariño tan característico que dan las ganas de callar a alguien a la mala, y le lanzó tremenda mirada de “me las vas a pagar”. El toque de comedia lo puso el intento de apagarle el megáfono… porque claro, en San Lázaro todo se resuelve apagando aparatos ajenos. Una especie de “control remoto humano”, cortesía de doña Lilia.

La senadora Téllez, que no se deja ni de las cámaras ni de los jaloneos, se fue directo a la Fiscalía General de la República a denunciar la agresión y pedir medidas de protección, como si Lilia Aguilar fuera una especie de villana de lucha libre dispuesta a aplicar una llave de sumisión en pleno pleno. A este paso, no descartemos que pidan también detector de metales y botón de pánico en cada curul.

Y como todo buen circo necesita continuidad, recordemos que este no es el primer episodio de la telenovela “Las que se pelean, se bloquean”. Ambas legisladoras ya se han regalado varios rounds de gritos, descalificaciones y empujones. Sólo falta que Netflix compre los derechos y ponga a Galilea Montijo de conductora.

Mientras tanto, los ciudadanos —esos que pagan su salario— observan cómo las diputadas y senadoras convierten el Congreso en ring, en pasarela de shows personales y ahora, hasta en zona de riesgo.

Eso sí, aplausos para Lilia: no cualquiera se gana una denuncia penal por intentar apagar un megáfono. ¡Lo suyo, lo suyo, es legislar a golpes bajos!

Fuentes Vélez, con un pie en el Cereso y el otro en el ridículo

Fuentes Velez y Javier Corral

Pues resulta que Arturo Fuentes Vélez, aquel que alguna vez presumió traje de secretario de Hacienda y sonrisa de tecnócrata exitoso, ya tiene más que apartada su celda en el Cereso federal número 1 de Aquiles Serdán. Y no es metáfora: un juez federal le dijo que no al amparo con el que intentaba evadir el penal por el delito de peculado.

Ahora sí que ni cómo ayudarlo. El exfuncionario está más cerca de la reja que de la recaudación, y los que lo veían como el “cerebro financiero” del sexenio de Javier Corral, hoy lo ven como parte del inventario de problemas legales que dejó esa administración.

Y es que en los cafés políticos —donde todo se sabe y nada se prueba— ya se comenta que Corral no sólo “barrió” con los priistas, sino que también se llevó entre las patas a los de su propio gallinero. Pregúntenle si no al juarense Antonio Pinedo, exjefe de Comunicación.

Porque lo que inició como un gobierno con discurso de “honestidad brutal”, terminó con una brutal cantidad de denuncias. Y mientras Fuentes Vélez prepara su defensa (o su maleta para el Cereso), el brazo legal del Estado ya abrió una nueva carpeta de investigación contra Corral.

Así que mientras unos enfrentan jueces y otros pasean en México, queda claro que el famoso “Nuevo Amanecer” fue más bien un eclipse moral. Porque si algo está demostrando esta tragicomedia judicial, es que en Chihuahua la corrupción no tiene ideología… pero sí antecedentes penales.

Y lo más irónico: quienes prometieron limpiar la casa, terminaron como parte del inventario del basurero político.

 El PRI solo… ¿pero con quién?

Armando Meade y Alex Domínguez

Cuando Jorge Armando Meade declaró que en el 2027 el PRI irá solo en las candidaturas, dejó más preguntas que certezas. ¿A qué se refería exactamente? ¿Es un acto de valentía o simplemente una confesión anticipada de orfandad política?

En Chihuahua, donde habrá elecciones estatales ese año, la idea de que el PRI compita sin alianzas suena más a fantasía que a estrategia. Porque, seamos francos: ¿a quién van a lanzar de candidato a gobernador? ¿Quién en sus filas tiene el peso suficiente para levantar una campaña competitiva sin el apoyo del PAN o de otra fuerza política?

La respuesta, por ahora, es nadie.

En realidad, lo que se comenta en los pasillos del poder es que fue el PAN quien decidió ponerle punto final al experimento del PRIAN. Albiazules de cepa consideran que el tricolor ya no suma, sino estorba. Y con los números que arrastra el PRI –más bien, que arrastra como lastre–, la decisión suena más a instinto de supervivencia que a capricho.

Por otro lado, pensar que el PRI irá solo en Chihuahua es como lanzarse a una tormenta sin paraguas. No hay liderazgos visibles, no hay estructuras operativas fuertes y mucho menos hay entusiasmo ciudadano. El único nombre que suena con cierto arrastre es el de Tony Meléndez, pero no por sus ideas políticas, sino por sus éxitos musicales con el Grupo Primavera. Y una cosa es llenar palenques, y otra muy distinta es llenar urnas con votos.

Si la apuesta de Meade es real, entonces el PRI se prepara para ir al 2027 como llanero solitario, pero sin caballo, sin sombrero y sin seguidores. Porque decir que van solos está bien… siempre y cuando no se trate de un suicidio político maquillado de dignidad.

Así que, más que una declaración de fuerza, lo dicho por Meade parece ser el preludio de una despedida. Una más en la larga agonía del tricolor.

 

 

 

 

 

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