Los dueños del PRI en el Estado se Imponen en Ciudad Juárez

por Talcual
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En la batalla por los restos mortuorios del PRI local, los viejos cuadros del partido han demostrado que todavía tienen colmillo. Alejandro Domínguez y Graciela Ortiz lograron imponerse a los rapaces aspirantes Adriana Fuentes, Mireya Porras y Enrique Serrano, consolidando su hegemonía en una estructura partidista que parece más un museo de cera que una fuerza política con futuro.

El tan codiciado dedo flamígero de oro fue para Alberto Reyes Rojas, quien dejó atrás a Manuel Alarcón, el joven anquilosado que no tuvo más remedio que pegar el grito en el cielo cuando le cerraron el paso al registro. Dicen que no junto ni a 10 priistas de 100 que tenía que presentar.

Ahora solo le queda esperar que sus madrinas políticas lo acomoden en Morena o en el PAN, en ese gran metaverso político donde los ideales son lo de menos y la supervivencia lo es todo.

Reyes Rojas asumirá la presidencia del Comité Directivo Municipal del PRI en Ciudad Juárez en los próximos días, y se prevé que la toma de protesta de la nueva directiva y del flamante presidente se lleve a cabo el 12 de abril de 2025 en la ciudad de Chihuahua. Un evento que, de seguro, contará con el característico ánimo funerario del tricolor.

La historia del PRI en Ciudad Juárez parece seguir la misma ruta de siempre: los de siempre ganan, los de siempre pierden, y los ciudadanos siguen viendo desde la barrera cómo un partido que alguna vez dominó la política nacional sigue en su espiral de decadencia. ¿Será este un resurgimiento o el último suspiro de los dinosaurios? La respuesta, como siempre, la tendrá el electorado… o la extinción.

La Marrana Quiroz sin pena, ni gloria

En la Seccion 42 lo conocen como la Marrana Quiroz

El hartazgo de los maestros estatales ha quedado de manifiesto con la reciente toma de siete casetas de peaje, una medida de presión para exigir mejoras en el servicio médico de Pensiones Civiles del Estado, la regularización de pagos y la inclusión de más de mil 64 docentes en el sistema de jubilación, luego de haber sido injustamente excluidos.

Estas acciones no surgieron de la nada; son la continuación de un paro laboral realizado hace 15 días con las mismas demandas. En aquel entonces, el Gobierno del Estado, en su papel de patrón, se comprometió a atender las exigencias en un plazo de 60 días, pero hasta ahora no se han mostrado avances significativos. La paciencia de los docentes se agota y el tiempo corre.

Cabe destacar que estas manifestaciones se realizan al margen de la Sección 42 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), encabezada por Manuel Quiroz Carvajal, a quien los maestros estatales desconocen como su representante legítimo. Lo acusan de estar subordinado a los intereses del Gobierno estatal, sin velar realmente por los derechos de sus agremiados.

Es importante señalar que, durante la toma de casetas, los manifestantes permitieron el libre tránsito de los automovilistas, dejando claro que su lucha es contra la indiferencia gubernamental y no contra la ciudadanía. Este acto refleja el carácter pacífico de su protesta, pero también la determinación de seguir adelante hasta obtener respuestas concretas.

El magisterio estatal ha dado muestras de unidad y resistencia. La pregunta es: ¿cuánto tiempo más podrá el gobierno ignorar su llamado antes de que las protestas escalen? Si las autoridades desean evitar una crisis mayor, es momento de cumplir los compromisos adquiridos y demostrar que los maestros no luchan en vano.

¿Se termina la comida chatarra?

Comida Chatarra

Este día entra en vigor el programa de Vida Saludable en todos los niveles educativos en centros escolares públicos y privados. Un decreto que, en teoría, busca mejorar la salud de los estudiantes prohibiendo la venta de alimentos chatarra en las escuelas. La intención es loable, pues estos productos pueden provocar obesidad, sobrepeso, hipertensión, problemas cardiacos, diabetes y hasta gastritis, entre otros padecimientos que afectan a la población infantil y juvenil.

Sin embargo, el problema no se soluciona únicamente con prohibiciones. Este decretazo de buenas intenciones no viene acompañado de un plan realista que garantice la oferta de un menú saludable diario para los estudiantes, ni mucho menos de un mecanismo para proveer dichos alimentos. En las escuelas de tiempo completo, antes de su desaparición por parte de la actual administración, al menos existía una estructura para proporcionar comidas balanceadas. Ahora, la responsabilidad recae en cada plantel y, en última instancia, en las familias, que muchas veces carecen de los recursos o el conocimiento necesario para fomentar hábitos alimenticios saludables.

Cambiar la cultura alimentaria de un país no es tarea fácil ni puede lograrse por decreto. La realidad es que estamos lejos de adoptar una alimentación equilibrada y saludable, y sin educación nutricional de calidad ni incentivos reales, este tipo de medidas quedan en letra muerta.

Además, la implementación de este programa enfrenta obstáculos logísticos y administrativos evidentes. No hay nutriólogos suficientes para cada plantel ni inspectores de la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coespris) para garantizar que la norma se cumpla. Si no hay mecanismos de supervisión efectivos, la prohibición de alimentos chatarra en las escuelas será tan ineficaz como la prohibición de los vapeadores, que quedó como un simple llamado a misa.

La pregunta que queda en el aire es: ¿realmente se busca un cambio estructural en los hábitos alimenticios de la niñez y juventud, o solo es otra medida populista que se perderá en la inercia de la burocracia? Para lograr una transformación verdadera, se necesita más que decretos; hace falta inversión en educación nutricional, infraestructura y seguimiento real. De lo contrario, este programa será solo otro intento fallido de legislar hábitos sin ofrecer soluciones viables.

 

 

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