El descontento crece entre alumnos, docentes y padres de familia de la preparatoria estatal Colegio de Bachilleres número 11, ubicada en el fraccionamiento Horizontes del Sur, luego de que la gestión del nuevo director, Mauricio Iván Montes García, es señalada por permitir prácticas cuestionables, descuido en las instalaciones y presuntas irregularidades en el manejo de recursos.
Desde su llegada, Montes García ha implementado medidas que —según denuncias internas— ponen en riesgo la salud, seguridad e integridad de la comunidad estudiantil así como del personal docente. Entre ellas, destacan la falta de seguimiento a denuncias sobre el uso de vapeadores dentro del plantel, así como condiciones insalubres en algunos edificios, como baños sucios y tapados, además de una evidente falta de limpieza general.
Padres y alumnos han manifestado su preocupación por el deterioro del ambiente escolar, que, aseguran, afecta la credibilidad y reputación de una institución que durante años fue considerada ejemplo dentro del sistema Cobach en Ciudad Juárez. “La escuela se está viniendo abajo”, lamentó un padre de familia que pidió el anonimato por temor a represalias.
Una de las medidas más polémicas fue la reciente autorización para que los alumnos acudan vestidos de civil los viernes, cada 15 días, a cambio de una cuota de 15 pesos por persona. Aunque la disposición fue presentada como “voluntaria”, varios estudiantes denunciaron que se trata de una práctica meramente recaudatoria.
Se informó que la sociedad de alumnos intentó entregar un escrito solicitando suspender la medida, pero —según denunciaron— la Dirección se negó a recibir el documento de forma oficial.
Pese al rechazo, Montes García ordenó continuar con la actividad dos veces por mes, justificando que los fondos serían utilizados para “comprar proyectores y reparar goteras” en los laboratorios. No obstante, hasta ahora no se ha informado en qué cuenta será depositado el dinero ni se ha mostrado evidencia de las supuestas compras o reparaciones.
Datos obtenidos de informes anteriores revelan que, antes de concluir el pasado ciclo escolar, la exdirectora Érika Enríquez reportó un saldo positivo de alrededor de 300 mil pesos en las finanzas del plantel, además de inversiones recientes en equipos, incluyendo proyectores. Esta situación genera en la institución dudas sobre la veracidad de los argumentos del actual director.
Hasta el momento, no se han rendido cuentas claras ante el comité de padres, el alumnado ni el personal docente sobre el destino del dinero recaudado. La comunidad educativa teme que, si no se toman medidas, el plantel termine convertido en uno de los más rezagados del sistema Cobach en Ciudad Juárez.


