Condenó líder de la sección 8 del SNTE asesinato del profesor Luis Ever Cruz Palma y su familia en Guachochi

por Talcual
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La Sección 8 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), encabezada por el profesor Eduardo Antonio Zendejas Amparán, emitió ayer un pronunciamiento firme tras el asesinato del maestro Luis Ever Cruz Palma y su familia, ocurrido durante una balacera la madrugada del pasado domingo en la cabecera municipal de Guachochi, en la Sierra Tarahumara.

El sindicato lamentó profundamente el crimen, calificándolo como un hecho que “lacera a la sociedad” y vulnera el derecho a la educación en comunidades de difícil acceso.

En su comunicado, Zendejas expresó su solidaridad con las familias de las víctimas y recordó al maestro Cruz Palma como un profesional comprometido con su comunidad y con la formación de las nuevas generaciones.

Ante el contexto de creciente violencia en la región serrana, el SNTE Sección 8 exigió a las autoridades estatales y federales acciones inmediatas para garantizar condiciones seguras para el personal docente.

Zendejas subrayó que la seguridad de los trabajadores de la educación es una condición indispensable para el ejercicio pleno del derecho a la educación de niñas, niños y jóvenes en Chihuahua.

El sindicato mantiene una interlocución permanente con las autoridades competentes, buscando reforzar la presencia institucional en zonas de alta vulnerabilidad. Se hizo un llamado específico a las corporaciones de seguridad para que implementen medidas de protección y acompañamiento al magisterio, especialmente en comunidades rurales donde los riesgos son mayores.

Zendejas aseguró que el SNTE respaldará en todo momento a sus agremiados, incluso en contextos adversos, reconociendo la labor docente como un pilar fundamental para el desarrollo social. “No podemos permitir que el miedo y la inseguridad desplacen la vocación de enseñar”, afirmó el líder sindical.

El asesinato del maestro Cruz Palma se suma a una serie de incidentes que han encendido las alertas sobre la situación de violencia en la Sierra Tarahumara. La comunidad educativa exige justicia y garantías para continuar su labor sin temor, en un entorno digno y seguro.

 

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