Droga y narco asedian a pastores evangélicos

Chihuahua entre entre los primeros lugar en homicidios

por Talcual
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Por Rafael Navarro Barrón

La carta a la gobernadora de Chihuahua era desgarradora. Un pastor evangélico le pedía “sensibilidad ante los hechos lamentables” que involucraban a su familia. El autor era un hombre dedicado a la fe, cabeza de la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, del distrito de Durango.
Álvaro Corral Martínez había viajado a la ciudad de capital del Estado de Chihuahua junto con sus dos hijos, su yerno y un amigo de la familia. El también obispo tenía como encomienda una reunión con las autoridades de la denominación religiosa; mientras, sus acompañantes, explorarían un negocio de máquinas tragamonedas, como el que opera la familia en el Estado de Durango.
El 30 de octubre desaparecieron sin dejar ningún rastro. En la carta a Maru Campos, Álvaro Corral Martínez bendijo a la gobernadora y luego le rogo que le ayudara a buscar a sus hijos, su yerno y el amigo de la familia que estaban desaparecidos. Temía lo peor pues ninguno respondía sus aparatos celulares y no habían regresado al lugar donde se encontrarían ya por la tarde.
Precisamente, en el décimo mes del año, Chihuahua ocupó el primer lugar nacional en homicidios dolosos: ejecuciones y otro tipo de asesinatos que regularmente se adjudican al crimen organizado. Y, obviamente, se ubica entre las cinco entidades con mayor índice de criminalidad en la república mexicana.
Unos días después de la carta a Maru Campos, el 5 de noviembre, fueron localizados 10 cuerpos en un tiro de mina, en el poblado de Aquiles Serdán, un municipio minero, conurbado de la capital del Estado, donde se asienta el penal más grande del Estado de Chihuahua.
En forma inmediata, cuatro de las víctimas, fueron identificadas como las personas que buscaba el pastor Corral Martínez. Durante las labores de recuperación de los cadáveres, las autoridades lograron determinar que los cuerpos correspondía a Juan y Ezequiel Núñez Acuña (hijos del pastor), Jair Núñez Gandarilla (el yerno) y Jesús Román de Santiago Solís (el amigo).
Obviamente, el caso está sin avance alguno. No hay pistas, no existe rastreo alguno de qué fue lo que ocurrió, en qué momento fueron secuestrados y mucho menos los pormenores de su muerte, salvo que sus cuerpos torturados fueron arrojados a un tiro de 10 metros.
En otro caso, el 7 de noviembre, la imprudencia de la policía municipal de Ciudad Juárez derivó en la muerte del pastor evangélico Mauro Cabañas.
Los agentes policiacos trasladaron a un hombre joven, violento, drogado y con el antecedente inmediato de haber matado a un perro en forma cruel y despiadada. En su locura, el hombre atravesó al can con una varilla y le introdujo una manguera por el hocico.
El sufrimiento del perro hizo reaccionar a los vecinos de Edeer Issel Ávila Moradel, llamaron a la policía municipal que, sin pensarlo, decidió llevarlo a un centro de rehabilitación lejano de la ciudad (en la zona conocida como Los Kilómetros), a 40 minutos de la ciudad, para quitarse la responsabilidad de llevarlo a la cárcel pública.
Con ese comportamiento violento, aún esposado, lo dejaron en el templo y centro de rehabilitación para drogadictos, conocido como ‘Entrada Triunfal’.
En Ciudad Juárez la mayoría de los centros de rehabilitación para drogadictos operan al margen de la ley y los pocos que son supervisados carecen de medidas de seguridad, métodos de rehabilitación científicos que estén debidamente probados para garantizar su efectividad.

La petición en carta

Los métodos que utilizan en la rehabilitación, sobre todo los de corte evangélico, es la reclusión forzada de seis meses, una fuerte dosis de oración y escaso consuno de alimentos, pues casi siempre trabajan con escasez; de cada 10 personas que ingresan, uno se rehabilita.
El consumo de drogas sintéticas en Ciudad Juárez ha incrementado notablemente el número de adictos en las calles. No hay programas oficiales de rehabilitación que estén abiertos al público general, ni siquiera actividades preventivas a la altura del agudo problema.
Por eso, durante el primer encuentro entre el personal del centro de rehabilitación ‘Entrada Triunfal’ y el recién internado, Edeer Issel Ávila Moradel, el individuo se puso violento, golpeó al pastor y a los que le ayudaban y, acto seguido, corrió por el inmueble hasta encontrar una puerta al patio por donde intentó escapar al subir a la azotea.
En un intento por el rescate, el pastor Mauro subió al techo del inmueble y fue recibido a golpes por Edeer; primero le pegó con un bat y luego con la tapa de un tanque de almacenamiento de agua…hasta que lo mató.
El asesino era adicto al Cristal y a otras drogas sintéticas. Era corpulento, su cuerpo estaba casi en su totalidad tatuado y medía 1.80 metros de estatura.
Días después, durante la primera audiencia de Control de Detención y Formulación de Imputación se confirmó el fallecimiento del asesino. El hombre había sido llevado al área de control de la Ciudad Judicial, porque se sintió mal durante la audiencia de Vinculación a Proceso.
Debido a los golpes que recibió, no se sabe si en el centro de rehabilitación en la defensa del pastor o de parte de los policías municipales, se sintió mal a media audiencia. De hecho, llegó en una silla de ruedas.
La jueza decidió suspender unos minutos la audiencia. El imputado fue trasladado a las celdas de procesados y, al momento en que el personal judicial intentó reanudar la audiencia, ya no respondió al llamado. Quedó sentado en la silla de ruedas sin rastro alguno de vida.

El asesibno del pastor

Elementos médicos acudieron de inmediato para brindarle atención, pero confirmaron que ya no contaba con signos vitales.
Eran más que evidentes los golpes severos, porque una salida práctica para estos casos es provocar la muerte, antes que acarrear un problema a los centros penitenciarios, en este caso manejado por el Estado, que no están preparados para hacer frente a una situación que rebasa los límites de convivencia.
Estos breves relatos, confirman la gravedad del problema social que se vive en nuestro país. La violencia de los grupos delincuenciales que trabajan subrepticiamente en la mayoría de los Estados del país, dan una muestra del control que se ejerce en algunos municipios.
Los grupos del crimen organizado han diversificado su actividad y asesinan a sangre fría a quienes intentan invadir sus zonas de control. Para nadie es un secreto que desde hace años controlan varias actividades como la piratería, las máquinas tragamonedas, la venta de cerveza y licor en algunas zonas de la entidad chihuahuense, sobre toda la región serrana; la venta de droga al menudeo.
Más que evidente, que cada día la violencia social, derivada del consumo de droga ataca con más fuerza a los ciudadanos comunes. Un dato, sobre el porvenir de Juárez, es que ya nos alcanzó el futuro como un destino fatal y obscuro.
Se había dicho, que derivado de la facilidad y el crecimiento desmedido del tráfico de drogas sintéticas, llegaría el momento en que los consumidores entrarían a estados de locura, a patologías altamente violentas: ya llegamos a ese momento, sin posibilidades de enfrentar el problema y sin ganas institucionales de hacerlo.

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