Este lunes conmemoramos uno de los sucesos más relevantes en la historia de la diplomacia entre México y Estados Unidos, el cual tuvo lugar en nuestra ciudad el 28 de octubre de 1967.
La cronista de la ciudad nos recuerda que ese día los presidentes Gustavo Díaz Ordaz y Lyndon B. Johnson se reunieron en esta frontera para formalizar la entrega física de El Chamizal.
Era la primera ocasión en que Estados Unidos de América devolvía algún territorio disputado con nuestro país, se trataba de un acuerdo definitivo sobre el cauce del río Bravo y constituía un cambio jurisdiccional entre dos comunidades acostumbradas desde hacía tiempo a adaptarse al serpenteante rumbo de las aguas.
La recuperación de 177 hectáreas significó una resolución pacífica a un conflicto legal iniciado un siglo antes, cuando el juarense Pedro Ignacio García presentó una demanda por la pérdida de terrenos que habían quedado del lado norteamericano debido una crecida particularmente intensa del río.
Hizo falta la intervención del presidente Benito Juárez, dos debates en la Comisión Internacional de Límites, un laudo de arbitraje y décadas de negociaciones para que en 1963 EUA y México llegaran a un convenio que implicaba la canalización del río, así como la transferencia de territorios a uno y otro lado de la frontera.
Así nacieron la nueva línea divisoria y un puente internacional adaptado a las crecientes necesidades de dos comunidades.
Símbolo de hermandad entre países vecinos, desde entonces el área donde se estableció el parque El Chamizal ha sido motivo de orgullo y centro de convivencia para las familias juarenses.
Además, a partir de este 2024, por decreto presidencial constituye una zona de restauración ecológica.