Javier Corral: de paladín a paladín… del Fobaproa

COMPARTE LA COLUMNA RAYOS Y CENTELLAS

por Talcual
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¡Sorpresa! Javier Corral, aquel exgobernador panista que se vendía como la conciencia moral de la política mexicana, resultó tener un pequeño esqueleto en el clóset… de esos que cuestan 552 mil millones de pesos. Nada más. Una bagatela que representó el 15.8% del PIB en su momento. Así, con el estilo dramático de una telenovela de Televisa de los 90, revivimos el glorioso capítulo del Fobaproa, esa mágica transformación de deudas privadas en deudas públicas. ¡El mejor truco financiero jamás contado!

Y en esta función de teatro de la memoria selectiva, la protagonista ahora es nada más y nada menos que Claudia Sheinbaum, quien decidió soplarle el polvo a un expediente de hace 31 años —como quien abre una caja de Pandora con coraje y nostalgia— para anunciar que pronto revelará los nombres de los ilustres responsables. Y zas, que aparece Javier Corral, el que juraba combatir la corrupción como quien combate el gluten: con superioridad moral, pero sin mucha coherencia.

El Javi Corral de nuevo en polémica

Según trascendió, Corral no solo estuvo cerca del Fobaproa, sino que hasta le dio su bendición en forma de voto. ¿Quién lo diría? El mismo que señalaba con el dedo flamígero a medio mundo, hoy resulta que ayudó a empujar una de las decisiones más impopulares (y costosas) en la historia financiera del país. Y lo mejor: ¡desde dentro del PAN! Aunque, claro, hoy es un “ciudadano libre”, lo que en política mexicana a veces significa “sin partido, pero con pasado”.

Lo más divertido es que los que lo sacaron al sol fueron sus propios compañeros de la 4T. Porque en Morena son expertos en dos cosas: en pelear con la oposición… y en pelear entre ellos. De hecho, desenmascarar a Corral fue casi un deporte nacional esta semana. Y uno se pregunta: ¿no lo sabían desde antes o solo lo recordaron cuando empezó a incomodar?

Así que aquí estamos: viendo cómo el Fobaproa sigue cobrándonos intereses, no solo financieros, sino también morales. Con políticos que cambian de color, pero no de hábitos, y con discursos reciclados que se repiten como mala comida.

Pero tranquilos: pronto sabremos más nombres. O eso dicen. Porque si algo nos enseña la historia mexicana, es que la justicia llega… cuando conviene.

EU. Va por gobernadores morenistas ligados con el narcotráfico 

EU. Les retira visa. ¡Por algo!

Salvo que la historia diga lo contrario, el caso de la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmedo, podría marcar un antes y un después. Sería la primera mandataria estatal a la que se le cancela el ingreso a los Estados Unidos mediante el retiro unilateral de su visa por parte del gobierno norteamericano.

El hecho ha levantado una nube espesa de sospechas. No es cualquier persona: se trata de una gobernadora en funciones, quien, por protocolo, debería recibir un trato diplomático del Departamento de Estado. Sin embargo, la acción no provino del ámbito diplomático, sino del Departamento de Seguridad Interior (DHS, por sus siglas en inglés), específicamente por orden de su secretaria, Kristi Noem. Esto sugiere que no estamos ante un simple trámite migratorio, sino ante una medida con implicaciones mucho más serias.

La gobernadora intentó matizar el asunto con un comunicado en el que asegura que el retiro inicial de la visa fue para su esposo, Carlos Torres, y lo enmarca en un “contexto binacional complejo”, frase ambigua que no aclara nada. Al contrario, deja más preguntas que respuestas, sobre todo porque, al poco tiempo, ella misma también habría sido objeto de la misma medida.

¿Qué tan grave debe ser la información en manos de las autoridades estadounidenses para actuar con tal contundencia? Las versiones extraoficiales apuntan a posibles vínculos —por acción o por omisión— con grupos del crimen organizado. No sería un caso aislado. La narrativa reciente incluye la detención de responsables penitenciarios en Oaxaca, la caída de un alcalde morenista en Puebla y la cancelación de viajes a Estados Unidos de varios funcionarios cercanos al gobernador de Sonora, Alfonso Durazo.

Todo parece indicar que en Morena y en la autodenominada Cuarta Transformación se han encendido las alarmas. De hecho, la secretaria Noem reveló que existe un “amplio listado” de funcionarios mexicanos que podrían ser sancionados por el gobierno de EE.UU., aunque no precisó de qué manera.

Los reflectores están encendidos y apuntan a tres figuras clave: los gobernadores morenistas Alfonso Durazo (Sonora), Rubén Rocha (Sinaloa) y Américo Villarreal (Tamaulipas), señalados por supuesta vinculación con el Cártel de Sinaloa.

La diplomacia, la seguridad nacional y la política interna de ambos países parecen cruzarse en un punto incómodo. Habrá que ver si este es el principio de una nueva etapa en la relación bilateral, donde la lucha contra el narco deja de ser solo un discurso conjunto y comienza a tocar a los más altos niveles de poder en México.

Corazones Rojos… y Memorias Cortas. Ahora le compite PRI a los chalecos azules

Ahora surgen los Chalecos Rojos

¡Paren las prensas! El PRI ha vuelto. Sí, ese PRI. El mismo que gobernó este país como si fuera un eterno buffet del poder, ahora decidió que es tiempo de regresar a las calles… pero no para pedir disculpas, sino para “recuperar la confianza ciudadana”. Noble causa, si no fuera tan cómicamente absurda.

El pasado jueves, allá en la capital del estado, una brigada tricolor hizo su gloriosa reaparición en las colonias. Chaleco rojo, sonrisa forzada y esa mirada esperanzadora de quien quiere que olvides los últimos setenta años. Bajo el noble lema de “Corazones Rojos”, los militantes del PRI tocaron puertas con el entusiasmo de quien quiere venderte un seguro… o convencerte de que nunca se robaron nada.

Según se supo, esto no es flor de un día. La campaña será semanal —porque si algo le sobra al tricolor, es tiempo libre— y contará con la presencia de legisladores locales y federales, regidores y las siempre alegres dirigencias municipales. Todo un desfile de caras conocidas, algunas tan familiares que hasta el Ministerio Público las recuerda con cariño.

La idea, dicen, es reforzar la militancia. Lo que no explican es si eso significa conseguir nuevos militantes o volver a convencer a los que huyeron espantados después de las últimas derrotas. También hablaron de “gestorías”, esa palabra mágica que en otros tiempos significaba “moche disfrazado de ayuda” y hoy se presenta como si acabaran de descubrir la filantropía.

“Confianza ciudadana” es otra de las frases que repiten como si no doliera. Uno pensaría que después de tantos escándalos, gobernadores prófugos y cajas chicas con ruedas, el PRI al menos habría aprendido a no insultar la inteligencia colectiva. Pero no. Aquí están de nuevo, con corazones rojos y memorias selectivas, pretendiendo que esta vez sí es en serio.

Dicen que la esperanza muere al último. Aunque en este caso, parece que lo último en morir será el cinismo.

Adiós a Rubén Valles Mata

Adios mi estimado Rubén Valles Mata

El periodismo chihuahuense está de luto. En la madrugada del domingo, falleció en su ciudad natal de Delicias el periodista Rubén Valles Mata. Su partida deja un hueco imposible de llenar, no solo en los medios para los que colaboró, sino también en la conciencia crítica de la región.

Rubén Valles Mata no fue un periodista común. Fue un referente. Su trabajo trascendió la nota cotidiana para adentrarse en el análisis profundo, en la investigación rigurosa, en la reflexión comprometida. Su estilo —sereno, pero firme, claro, pero nunca simplista— lo convirtió en una voz respetada por colegas, lectores y actores políticos por igual. Donde muchos veían solo la superficie de los hechos, él escarbaba hasta encontrar la raíz de los problemas, los silencios del poder, las historias ocultas que necesitaban salir a la luz.

Durante más de una década, formó parte fundamental del Grupo Radiza, tanto en los micrófonos como en las columnas del medio digital de la empresa. También fue director del Diario de Delicias donde laboró por muchos años, tenía su portal de noticias y desde ahí, mantuvo una presencia constante y aguda, comprometido siempre con la verdad, con la justicia, y con las causas sociales más urgentes. Fue también un defensor incansable del entorno natural de la región, sumando su voz al activismo ambiental con la misma pasión con la que ejercía el periodismo.

Pero más allá de sus logros profesionales, quienes lo conocieron de cerca recuerdan algo aún más valioso: su generosidad, su calidez, su calidad humana. Rubén fue, antes que nada, una buena persona. De esas que dejan huella más allá de los titulares.

Su legado permanece. En cada análisis bien hecho, en cada investigación valiente, en cada periodista joven que decide ejercer esta profesión con ética y vocación de servicio. Porque si algo nos enseñó Rubén Valles Mata, es que el periodismo no es solo un oficio: es una forma de vida al servicio de los demás.

Descanse en paz Don Rubén. Que su palabra, siempre tan necesaria, nos siga iluminando desde la memoria.

 

 

 

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