Los alcaldes de las dos ciudades más grandes del estado pareciera que cambiaron de residencia este fin de semana. Cruz Pérez Cuéllar se fue a caminar calles y plazas en Chihuahua capital y hasta en Aldama, mientras que Marco Bonilla hizo lo propio en la fronteriza ciudad Juárez, donde recorrió mercados, se reunió con ganaderos y sostuvo encuentros “sociales” que, entre comillas, todos entienden que son parte de la ruta electoral adelantada.
Curiosamente, ambos terminaron coincidiendo el viernes en el diamante, durante el encuentro de béisbol entre los Indios de Juárez y los Dorados de Chihuahua. Y aunque apenas hace unos días se habían lanzado acusaciones y descalificaciones desde los medios, la política también tiene su teatro: se saludaron de manera cordial, como si nada hubiera pasado. La diplomacia del guante y la gorra.

Cruz y Bonilla en el estadio Monumental de Chihuhaua
La serie de béisbol está empatada, y este fin de semana los Dorados visitan la casa de los Indios, es decir, el terreno de Cruz Pérez Cuéllar. Ahí, entre batazos y strikes, no solo se jugará el partido deportivo, sino también la partida política, porque en los palcos del estadio se cocina la verdadera estrategia: medir simpatías, mandar mensajes y de paso, seguir calentando motores rumbo a lo que viene en 2027.
En pocas palabras: la pelota está en el aire, y tanto Bonilla como Pérez Cuéllar saben que en este juego no solo cuentan las carreras, sino también las fotos, los saludos y, sobre todo, las grillas que brotan desde las gradas.
Otra vez se juntaron los tres mosqueteros de la política

Los tres Mozqueteros de la política
Muy comentado anda el “reencuentro” de los tres mosqueteros de la política priista: Fernando Baeza, Patricio Martínez y Reyes Baeza, quienes reaparecieron en la Unión Ganadera, como si se tratara de una gira de despedida… pero con boletos vendidos hasta el 2027.
El tema oficial, dicen, fue el agua. Claro, porque nada une más a los políticos que hablar de un recurso que nunca les faltó cuando fueron gobernadores… pero que ahora sí les preocupa porque está en la agenda pública. Y mientras los ganaderos tomaban nota, los exmandatarios medían con bisturí la reacción: ¿todavía hay reflectores? ¿todavía hay aplausos? ¿todavía hay quien les crea?
En días pasados ya habían estado en Juárez, bien acuerpados por las empresarias Adriana Fuentes y Pita de la Vega, que más que anfitrionas parecían managers de grupo musical de los noventa: “Los Baeza & Patricio Tour”. No se sabe si luego harán escala en Ojinaga, pero de confirmarse, será con todo y discurso sobre el Tratado de Aguas… ese mismo que solo recuerdan cuando conviene hacer ruido y levantar polvareda política.
El detalle es que mientras los productores del campo escuchan atentos la parte seria, en lo político la cosa es distinta: más de uno ya está afinando el radar porque, como quien dice, cuando se juntan tres exgobernadores en año preelectoral, no se platica de agua, se platica de poder. Y eso sí, levanta más polvo que una sequía.
A cobrar a tiempo la pensión de Bienestar

A cobrar los adultos mayores!
En otro tema político pero disfrazado de social, trasciende que la Pensión del Bienestar para adultos mayores sigue siendo uno de los programas estrella del actual gobierno. Diseñada para otorgar un apoyo económico a quienes han superado los 65 años, esta política social, operada por la Secretaría que encabeza Ariadna Montiel, se ha convertido en un auténtico pilar de sustento para más de 12 millones de personas en todo el país. Y ojo, no es menor: el monto ha ido creciendo paulatinamente desde el 2021, consolidando su peso no solo en el bolsillo de los beneficiarios, sino también en la narrativa política de la llamada Cuarta Transformación.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas. Se sabe que, al interior de la dependencia, cuando la situación de retención de pagos no se resuelve tras dos bimestres, se procede a una suspensión formal del padrón de beneficiarios. En palabras simples: las causas de suspensión son casi las mismas que las de retención, pero acumuladas en el tiempo; y cuando llega ese punto, el derechohabiente se queda fuera. O se cobra lo depositado en tiempo y forma, o se regresa para otro uso. Así que ya lo saben los abuelitos: las reglas del juego están claras, aunque muchas veces el trámite o la burocracia sea la piedra en el zapato.
En resumen, la Pensión del Bienestar sigue siendo un tema que se vende como social, pero que late con claros tintes políticos. Porque no nos engañemos: lo mismo da sustento a millones de familias, que votos asegurados en cada proceso electoral.