Hay un serio descontento entre padres de familia de alumnos de los Colegios de Bachilleres, ya que son obligados a comprar los uniformes escolares con un solo proveedor y en efectivo ya que no se aceptan pagos con tarjetas bancarias.
La imposibilidad de pagar con tarjetas bancarias y la exigencia de pagos en efectivo es preocupante. En una sociedad moderna, los métodos de pago electrónicos son comunes y aceptables. La falta de opciones para pagar con tarjetas puede ser vista como una manera de evitar el rastro de las transacciones, lo que podría ser una señal de mala gestión o incluso corrupción.
Los padres pueden pedir a la institución que permita otros métodos de pago más accesibles y seguros.
Además, la falta de opciones para adquirir los uniformes y el hecho de que solo haya un proveedor recomendado por la institución pueden levantar sospechas. Es fundamental que se revise si el proceso de selección del proveedor ha sido transparente y justo. Los padres podrían solicitar a la institución una explicación clara sobre cómo se eligió al proveedor y si hubo un proceso competitivo.
Todo el juego completo con deportivo llega a los casi tres mil pesos por alumno.
Es importante que los uniformes sean de buena calidad y que los costos sean razonables. Si el costo de los uniformes es alto, los padres pueden solicitar a la institución una justificación de los precios y si existen alternativas más económicas sin comprometer la calidad.