De nueva cuenta, el alcalde de la capital del estado, Marco Bonilla, vuelve a hacer presencia en Ciudad Juárez en las principales avenidas, no para atender asuntos administrativos ni para resolver los pendientes que tiene en su gobierno municipal, sino para posicionar su imagen política con miras al 2027.
Desde hace unos días, volvieron a aparecer los espectaculares con su fotografía, esta vez sobre un fondo amarillo y acompañados por el logotipo de un supuesto medio de comunicación que “le hizo una entrevista”. ¿Casualidad? Para nada. Esta estrategia ya la hemos visto antes.
No es la primera vez que Bonilla utiliza este recurso. El año pasado, los espectaculares con su rostro tapizaron no sólo la ciudad fronteriza, sino casi todo el estado. Fue una campaña encubierta, sin precedentes por su dimensión, y con un costo que se estima en varios millones de pesos. Nadie aclaró con precisión el origen de los recursos que financiaron semejante despliegue publicitario.

Espectaculares de Bonilla en Ciudad Juárez
Por supuesto, si se le pregunta al alcalde, seguramente saldrá con el mismo guion de siempre: que se trata de una entrevista legítima, que él no pagó nada, que la difusión corre por cuenta del medio y que todo es parte de una cobertura informativa. Pero en el fondo, todos saben que no hay nada casual en una campaña de posicionamiento de ese calibre.
Lo cierto es que esta vez la empresa contratada para la instalación de los espectaculares es Big Media, conocida por manejar campañas políticas bajo el disfraz de contenidos informativos. Y mientras Bonilla insiste en promoverse, aunque sea con fórmulas maquilladas, se mantiene ausente del debate sobre los verdaderos problemas de Chihuahua.
Con todo esto, parece que el alcalde capitalino ya está en campaña, aunque aún falten dos años para que arranque formalmente las contiendas. Y lo está haciendo al viejo estilo: con dinero, con espectacularidad… pero sin transparencia.
Duarte: libertad, neverías y pasos prohibidos

El César de los Césares: Dijo Juán Gabriel
No cabe duda: el exgobernador César Duarte Jáquez está viviendo su “mejor momento” … dentro de lo que cabe para alguien que técnicamente sigue enfrentando cargos, pero que en la práctica parece más libre que muchos ciudadanos comunes y corrientes.
Desde que le concedieron la prisión domiciliaria —que más bien parece una beca cultural de verano—, Duarte anda desatado. Ya superó milagrosamente todos sus padecimientos médicos (esos que lo tenían más delicado que gelatina sin cuajar), y ahora hasta le alcanza la energía para andar de restaurante en restaurante, degustando lo más fino del menú local. Eso sí, acompañado de sus clásicos lentes oscuros y su sonrisa de “ya ven que no era para tanto”.
Y como si no fuera suficiente con las comidas gourmet y las neverías artesanales, ahora el exgobernador también ofrece ruedas de prensa para contarnos su verdad. Porque, claro, a falta de justicia, qué mejor que una buena narrativa. ¿Quién necesita jueces cuando puedes tener micrófonos?
Pero el momento cumbre llegó este fin de semana, cuando Duarte fue captado en video dentro de un antro capitalino. Ahí, como en los viejos tiempos, demostró que “no baila mal las rancheras”, aunque esta vez cambió los corridos por beats electrónicos cortesía de un DJ. Nada mal para quien hace apenas unos meses suplicaba compasión judicial entre llantos y recetas médicas.
Y como cereza del pastel, la semana pasada nos anunció con bombo y platillo que una Corte de Texas desechó la denuncia en su contra por la compra ilegal de 50 casas en Estados Unidos. Cincuenta. Casas. Pero no pasa nada, fue “desechada”, así que a celebrar. A este paso, si lo absuelven en otro expediente, capaz y lo vemos concursando en “La Más Draga”.
Al parecer, los pasos de Duarte ya no son legales, sino de baile. Y su prisión domiciliaria, más que castigo, se ha convertido en un retiro VIP con pase libre a la vida nocturna. ¡Qué bonito es lo bonito cuando se tiene memoria corta, buenos abogados y una playlist que anime la pista!
“Pañalitos” rumbo al 2027… ¡agárrense!

Los Domínguez juegan su última carta
No cabe duda de que la política en Ciudad Juárez es terreno fértil para las ocurrencias, los delirios de grandeza y los actos de fe. Y prueba de ello son los hermanos Domínguez Alderete, Antonio y Andrés, que ahora andan más movidos que influencer en día de lanzamiento de labial nuevo.
Ambos —uno como regidor y el otro como asesor del Ayuntamiento— han decidido jugársela con el equipo de la secretaria del Bienestar, Adriana Montiel. ¡Ah, pero qué sorpresa! De la noche a la mañana se volvieron los mejores amigos de la funcionaria federal, y no pierden oportunidad de presumirlo en redes sociales. Fotos por aquí, abrazos por allá, y etiquetas a medio mundo para que no se les pase el detalle.
Eso sí, lo que no suben a Facebook es la cara que pone el primer círculo de la presidencia cuando ven esas imágenes. Porque, a ver, ¿cómo se les ocurre coquetear con la 4T si están cobrando en la nómina del municipio azul? Dicen que cada quien es libre de soñar, pero hay quienes ya andan soñando con los ojos abiertos y el sueldo asegurado.
Lo más gracioso del caso es que alguien —que todavía no se sabe si fue iluminado o simplemente bromista— le metió en la cabeza a “Pañalitos” Antonio Domínguez que él podría ser el próximo presidente municipal de Ciudad Juárez. Así como lo lee usted: ¡el alcalde! Como si con subir selfies con Adriana Montiel ya se pudiera construir un proyecto político. ¡Qué nivel!
Pero bueno, nunca hay que subestimar el poder del Photoshop, de los abrazos fingidos y de las promesas que nadie piensa cumplir. En una de esas, y con tantita suerte, hasta le regalan una candidatura de consolación… o al menos una buena foto de portada para su próximo flyer.
Mientras tanto, que sigan las risas, que sigan las poses, y que no falten los filtros. Porque si algo sobra en la política local, es gente dispuesta a tomarse en serio sus propios cuentos.