Según los reportes, los vástagos presidenciales decidieron blindarse antes de que la justicia los alcance y solicitaron sendos amparos para dormir tranquilos. Eso sí, Andy y Gonzalo, muy serios, aseguran que no movieron ni un dedo, que no pisaron juzgados ni firmaron papel alguno. ¡Vaya coincidencia!
El dicho es sabio: “el que nada debe, nada teme”. Pero aquí aplica la versión mexicana: “el que aparece en una investigación oficial… mejor se ampara”. Y más cuando el nombrecito queda vinculado como supuesto protector de la red de huachicol fiscal más grande del país.
La trama se enreda más cuando entra al escenario el actual secretario de Marina, que no dudó en aventarle la bolita a su antecesor, acusándolo de dejar que los sobrinos hicieran y deshicieran en la mismísima institución. Resultado: uno ya duerme tras las rejas y el otro anda jugando a las escondidas. ¡Así de fino el alto mando!
El dato curioso: los amparos salieron de dos juzgados, uno en la CDMX y otro en Zacatecas. ¿Quién firmó? Nada más y nada menos que Francisco Rodríguez McDonald, abogado de renombre y viejo lobo de mar en defender peces gordos como Caro Quintero. Peeero resulta que el propio Paco jura que él no movió un papel, que ni sabía del asunto y que hasta va a denunciar por usar su nombre. ¡Ah qué novelón!
Y claro, no podía faltar el berrinche en redes. Andy López Beltrán, indignado, tronó contra “el hampa del periodismo” y la “mafia del poder económico”, asegurando que todo es montaje. Ya nomás faltó que pidiera que a la prensa le echen salsa valentina, sal y limón para completar el numerito.
Porque no nos hagamos bolas: los “amparos buscadores” sirven para detectar si hay una orden de aprehensión vigente. Y sí, los hay, y sí, protegen a los herederos de la 4T. La pregunta es: ¿quién los promovió? Porque ni los hijos ni el abogado se hacen responsables.
Mientras tanto, todos se echan la bolita y el país asiste al nuevo espectáculo: el circo del huachicol fiscal. ¿Hasta dónde llegará el escándalo? Eso nadie lo sabe, pero una cosa es segura: en México la función política siempre trae palomitas incluidas.
Expulsan de Paraguay a Hernán Bermúdez ingresa a penal de México

Expulsa Paraguay a Hernán Bermúdez
Por si las cosas no estuvieran ya hirviendo en la olla política, resulta que en plena medianoche de ayer ingresó al Cefereso No. 1 de la CDMX Hernán Bermúdez Requena, ex secretario de Seguridad Pública de Tabasco y presunto líder del Cártel de la Barredora. Ahí nomás.
El personaje no es poca cosa: arrastra un largo historial y, según versiones, mantiene lazos con Adán Augusto López Hernández, actual coordinador de senadores de Morena y, para mayor suspicacia, el mismísimo hermano político del Presidente.
El caso da para serie: Bermúdez fue detenido en Paraguay, donde entró sin papeles ni trámite alguno. Al verse acorralado, quiso aferrarse a un juicio migratorio para ganar tiempo —clásica jugada—, pero le dijeron “no gracias” y lo expulsaron directo, bajo la etiqueta de migrante ilegal. Y así, sin escalas, aterrizó en suelo mexicano, rumbo al penal más vigilado del país.
Pero ojo, porque La Barredora no es cualquier grupito improvisado. Detrás del nombre se arrastra un expediente pendiente que vuelve a sacar a relucir a viejos conocidos: huachicoleros, operadores financieros y piezas cercanas a Morena y la Cuarta Transformación. Como que ya son demasiadas “coincidencias”, y en política las coincidencias no existen.
Ahora la pregunta es: ¿qué se guardará o qué terminará ventilando el llamado “Comandante H”? Porque si algo está claro, es que su caída no solo arrastra expedientes criminales, también arrastra sombras incómodas para el partido en el poder.
Por lo pronto, el tablero se agita. Y mientras tanto, en el sur del continente le dieron carpetazo rápido, sin juicio ni trámites. A ver si en México la historia corre con la misma prisa o, como suele pasar, la justicia termina atorada en los vericuetos de la política.
Marco Bonilla en plena campaña

Marco Bonilla saludando a la gente durante el grito de Independencia en Chihuahua
Dicen que entre los invitados a Palacio para acompañar a la gobernadora Maru Campos en el Grito de Independencia, hubo uno que ya se sentía en campaña. Ni más ni menos que el alcalde capitalino, Marco Bonilla, quien se paseó como si ya trajera la banda tricolor lista para estrenarse en 2027.
No sólo formó parte del elenco estelar en el balcón principal —cerquita de Maru Campos—, sino que además se dio su espacio para saludar al respetable en la Plaza del Ángel. Como buen político en vísperas de algo más grande, no perdió la oportunidad de sonreír, estrechar manos y dejarse ver.
Lo que más llamó la atención fue la cercanía que mostró con los representantes de los Poderes del Estado: la magistrada presidenta Marcela Herrera, que lo recibió con formalidad; y Guillermo Ramírez, presidente del Congreso, con quien compartió comentarios de balcón en un ambiente que parecía más cónclave político que ceremonia patria.
El momento cumbre fue cuando Marco Bonilla se colocó en el sitio privilegiado, justo al lado de donde se ondeó el lábaro patrio. Y claro, en la política nada es casualidad: estar ahí es símbolo, es mensaje y es proyección.
Por eso algunos dicen que el alcalde salió del Grito no sólo con el eco de las campanas, sino también con el eco de la idea de que puede —y quiere— ser candidato a la gubernatura. Al final, estas fiestas patrias no sólo celebran la Independencia… también marcan el arranque de las nuevas aspiraciones.


