En el panorama político que rodea a Chihuahua, la intervención de Marko Cortés, líder nacional del PAN, ha sido como un destello en medio de la tormenta. Tras semanas de incertidumbre y silencio, Cortés finalmente se pronunció, ofreciendo su respaldo incondicional a la gobernadora María Eugenia Campos, en el marco del enfrentamiento que tiene en el centro a Javier Corral, exgobernador del estado.
La demora de Cortés para hacer pública su postura solo ha servido para incrementar la expectación y el análisis crítico. Su declaración, a pesar de ser tardía, no ha pasado desapercibida. En ella, el líder panista ha hecho un llamado a la consistencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), recordando el caso de Francisco Cabeza de Vaca. Cuando Cabeza de Vaca, en su rol de senador electo, enfrentó una orden de aprehensión, fue impedido de asumir su cargo. Cortés ahora espera que el TEPJF mantenga ese mismo criterio al decidir sobre la situación actual en Chihuahua.
El llamado de Cortés a una aplicación equitativa de la ley es, en cierto sentido, un desafío directo al TEPJF. La expectación sobre cómo el organismo resolverá esta cuestión subraya la presión bajo la que se encuentran tanto la gobernadora como el sistema electoral mexicano. La comunidad política y la ciudadanía observarán de cerca cómo se maneja este caso, ya que el precedente que se establezca tendrá repercusiones para futuros conflictos políticos en el país.
Ternas y Acuerdos: La Nueva Jugada del PRI
Alejandro Domínguez, el actual dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), ha puesto en marcha una jugada estratégica que revela la esencia de la política actual: la necesidad de acuerdos y alianzas, aun cuando la posición del PRI no es la de antaño. En el marco de las administraciones panistas en Chihuahua, Delicias y Camargo, Domínguez ha presentado sus ternas de recomendados para integrar los equipos de gobierno de los alcaldes electos o reelectos.
Este movimiento no es simplemente un acto de afinidad política, sino una consecuencia directa de los acuerdos pactados durante la última alianza electoral entre el PRI, el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD). En términos prácticos, se trata de una forma de cogobierno que busca equilibrar los intereses de los partidos que se unieron para obtener el triunfo en las urnas.
Es inevitable recordar los días dorados del PRI, cuando el partido se mantenía en una posición de poder absoluto y no tenía que solicitar “migajas” a la oposición. El PRI en sus tiempos de gloria no se sometía a las exigencias de otros partidos; el poder y la influencia estaban de su lado. Hoy, sin embargo, la realidad es diferente. El PRI ha pasado de ser el dominante a ser uno de los actores que necesita negociar para tener una parte del pastel político.
La paradoja aquí es evidente: el PRI, que una vez dictaba las reglas del juego, ahora debe conformarse con ser un jugador más en el tablero político. Las ternas de recomendados que ha presentado Domínguez son un reflejo de esta necesidad de adaptarse y buscar un espacio en el poder, incluso a través de alianzas que en su momento fueron vistas con escepticismo.
La política, al fin y al cabo, es un campo de constantes negociaciones y acuerdos. En teoría, la palabra se honra y los compromisos se cumplen. Sin embargo, la realidad política de México ha demostrado que la lealtad a los acuerdos es tan volátil como el viento. La gestión de Alito Moreno como líder nacional del PRI es testimonio de esta volatilidad, donde los acuerdos y promesas a menudo se quedan en palabras vacías.
En este contexto, la estrategia de Domínguez refleja una comprensión pragmática de la política actual. Aunque el PRI ya no es el poder hegemónico que solía ser, sigue jugando un papel crucial en la configuración del panorama político. Los acuerdos con el PAN y el PRD son la nueva norma, y las ternas presentadas son el resultado de una negociación que busca asegurar una participación significativa en las administraciones locales.
En última instancia, la política es un juego de adaptaciones y compensaciones. El PRI, aunque ya no en la cúspide de su influencia, sigue siendo un actor relevante. Los acuerdos actuales pueden no ser los ideales para todos los involucrados, pero son el reflejo de una realidad en la que el poder se negocia y se reparte en una dinámica constante de cambio y ajuste.
Abre fuego el PVEM en el municipio de Manuel Benavides
Tras recuperar el honor y el registro oficial, los nuevos regentes del Partido Verde se pusieron muy belicosos y abrieron fuego en contra del presidente del municipio Manuel Benavides en un acto de justicia.
La denuncia que el verde presentó ante las fiscalías Anticorrupción y Delitos Electorales en contra del alcalde Fernando García Villanueva, y otros funcionarios municipales, por supuestamente utilizar recursos públicos para manifestarse en la capital del estado, ha generado diversas reacciones en el ámbito político y social chihuahuita.
Por un lado, los del verde argumentan que se trata de un acto de responsabilidad y de defensa de la legalidad, pues consideran que el alcalde García Villanueva y sus colaboradores incurrieron en una falta grave al abandonar sus funciones y desviar recursos para fines electorales, en medio de una impugnación por los resultados de la elección municipal, en la que el PVEM reclama el triunfo.
Por otro lado, el alcalde y sus simpatizantes sostienen que se trata de una persecución política y de una estrategia para desacreditar su gestión y su victoria en las urnas, que según ellos fue legítima y transparente.
Además, acusan al PVEM de querer intimidarlos y de buscar un fallo a su favor por la vía judicial, ante la falta de respaldo popular.
Ante este escenario, cabe preguntarse si la denuncia del PVEM tiene fundamentos jurídicos y morales, o si responde a un interés de revancha y de presión política.