Cruz Pérez Cuéllar y su Propuesta Humanitaria en Nueva York
En un reciente foro sobre migración en Nueva York, el presidente municipal de Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, destacó por su enfoque pragmático y humanitario hacia una problemática que frecuentemente se ve empañada por la retórica incendiaria. Sus propuestas no solo reflejan un compromiso genuino con la situación migratoria, sino que también ofrecen soluciones concretas que podrían marcar la diferencia en la vida de muchos.
Durante su intervención, Pérez Cuéllar presentó una serie de iniciativas que incluyen la apertura de albergues y una notable inversión de 250 millones de pesos en nuevos refugios. Esta acción es un paso significativo en un momento en que las condiciones para los migrantes son a menudo precarias.
Entre sus propuestas, resaltó la creación de una “Ruta segura para migrantes” y un “Registro único de salud para migrantes”, buscando garantizar la atención médica durante su tránsito. Además, sugirió un portal para la solicitud de ingreso a Estados Unidos, que permitiría a los migrantes gestionar su entrada desde sus países de origen, facilitando un proceso que suele ser complicado y lleno de incertidumbres.
Es interesante notar que, a raíz de su viaje a Nueva York, Pérez Cuéllar no asistió a la primera sesión del nuevo cabildo. Este hecho generó reacciones entre los regidores, quienes intentaron establecer su presencia y mostrar sus capacidades desde el inicio. Sin embargo, la visión del presidente municipal y su proactividad en un escenario internacional deberían ser un punto de referencia para un enfoque más humano y efectivo en el tratamiento de la migración.
Las propuestas de Cruz Pérez Cuéllar son una bocanada de aire fresco en un tema que, con frecuencia, se aborda de manera superficial o divisoria. Su enfoque puede ser el camino hacia un cambio significativo, donde las políticas migratorias no solo busquen la seguridad, sino también la dignidad y los derechos humanos de quienes buscan una mejor vida. La esperanza es que este tipo de iniciativas se traduzcan en acciones concretas que beneficien a miles de migrantes en su camino.
Senadores traicioneros y prófugos de la justicia son premiados
El exsenador panista y ahora morenista, Miguel Ángel Yunes Márquez, recibió ayer su segundo premio por su lealtad a la Cuarta Transformación tras votar a favor de la Reforma Judicial. Su cambio de bando lo convierte en un Iscariote, un traidor no solo a su partido, sino también a los 40 millones de mexicanos que no respaldaron a Morena.
El “favorzote” que le ha hecho el gobierno de Veracruz es notable: ahora no solo se libra de las órdenes de aprehensión que pesaban sobre él, sino que ha quedado “limpio” y “purificado”. En Morena, parece que este tipo de redención es un don especial.
Yunes Márquez ha sido nombrado secretario de la Comisión de Justicia del Senado, que curiosamente está presidida por Javier Corral Jurado, otro expanista que también se ha visto envuelto en problemas legales. Esta coincidencia parece un mal chiste, pero refleja la triste realidad de quienes gobiernan este país: la impunidad y la conveniencia política parecen tener prioridad sobre la justicia y la ética.
Es un recordatorio de cómo las lealtades pueden cambiar y de cómo algunos encuentran refugio en el poder a expensas de la verdad. La transformación que prometía la Cuarta T parece haberse convertido en una salvaguarda para aquellos que buscan redimirse a costa de su pasado.
La Desilusión de los Exbraceros y la Cuarta Transformación
Un grupo de exbraceros, liderados por militantes de Morena autodenominados “Los de Abajo”, intentó sin éxito entrevistarse con los diputados de su partido en el Congreso local. Su propósito era claro: expresar su indignación por lo que consideran un engaño y un robo perpetrado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Estos extrabajadores denunciaron que, tras seis años de promesas vacías, el Fideicomiso 10230, creado durante el gobierno de Felipe Calderón, ha desaparecido. Este fideicomiso tenía un fondo de 400 millones de pesos destinado a compensar a quienes trabajaron en Estados Unidos, recursos que ahora se esfuman sin una explicación clara. Según ellos, el gobierno federal no solo les falló, sino que despojó a miles de exbraceros de lo que legítimamente les pertenece.
El discurso de la Cuarta Transformación se ha construido sobre la promesa de justicia y equidad, pero la realidad es que muchos, como estos exbraceros, se sienten traicionados. Se argumenta que la desaparición del fideicomiso, junto con otros 126, se justificó por la lucha contra la corrupción; sin embargo, no se ha presentado evidencia concreta ni se ha sancionado a los responsables. Para estos extrabajadores, la corrupción parece ser solo una excusa que ha terminado por perjudicarlos a ellos.
Es especialmente cruel que el gobierno, que solo administraba estos recursos, haya optado por su desaparición sin rendir cuentas. Los exbraceros confiaron en un proyecto que prometía reparar injusticias pasadas, pero hoy su confianza se ha vuelto en su contra. Las posibilidades de recuperar su dinero son casi nulas, a pesar del apoyo que puedan recibir de sus representantes en Morena.
Esta situación refleja una dura realidad en la Cuarta T: las promesas de cambio y justicia a menudo se desvanecen en el aire, dejando a los más vulnerables con las manos vacías. La desesperanza de los exbraceros es un llamado urgente a la reflexión sobre cómo se manejan los recursos y la justicia en este país.